Capítulo 64

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Ese mismo día, justo cuando el sol estaba brillando al lado de la fresca brisa de la tarde, fue el último día en el que veríamos por última vez, al menos por un tiempo, a estas personas que tanto nos habían apoyado.

—Todo está listo para su partida, excelencia —anunció Harriet.

—De acuerdo, ¿está listo conde? —le pregunté con una sonrisa.

Me devolvió el gesto y asintió.

—En tanto sea con usted, siempre lo estaré.

—¡Por favor, vayan con cuidado! —nos pidió el príncipe Soma abrazándonos por detrás.

—Le rezo a los dioses por su pronto regreso —secundó Agni.

Todas estas personas... son verdaderamente excepcionales.

Mientras Sebastian les daba las últimas órdenes a los sirvientes del conde, nosotros nos despedimos de los demás.

—Ustedes también cuídense mucho —les dije—. Señor Agni, usted más que nadie sabe de la naturaleza de ese... espectro, por favor, proteja al príncipe Soma con su vida.

—La felicidad y el bienestar de mi principie siempre ha sido, y será mi prioridad, señorita Phantomhive —aseguró—. Seguiré cuidando de él hasta que los dioses decidan que mi vida ha terminado.

—Si esa aberración llegara a estas tierras, deben trasladarse a la mansión principal —les advirtió el conde—. Este será un mejor lugar de resguardo que la mansión en el pueblo, ya saben cómo usar los túneles.

—¡Claro que sí! —respondió el príncipe con mucho entusiasmo.

Su sonrisa es muy reconfortante...

—¿Les importaría despedirnos de Nina y la señorita Sullivan? —les pregunté—. También son protegidas por mi gente, pero de forma más discreta.

—¡Puedes contar con nosotros querida Lexie! —chilló el príncipe Soma.

Me reí un poco.

—Excelencia, aquí tienen los boletos para el tren —me dijo Harriet—. Y su transporte ya está listo.

—Te lo agradezco.

Los recibí y se los entregué al conde.

—Si llegara a ocurrir algo que los ponga a todos en riesgo, Harriet los guiará a través de varios túneles hasta llegar a otros lugares escondidos que posee la familia Hastings —continué—. Ella es alguien muy capaz, mantiene la calma en situaciones así, pueden confiar plenamente en sus capacidades, y la señorita Katherine estará a cargo de mi ducado en mi ausencia.

—¿Es la bella señorita de cabello castaño? —me preguntó el príncipe Soma.

—Así es.

—Joven amo, señorita Phantomhive, todo está listo para partir —intervino Sebastian.

Ambos asentimos y al salir de la mansión, todos mis sirvientes estaban a los pies de la escalera.

Pero antes de bajar por aquellas escaleras, me di la vuelta y vi a Harriet parada detrás de mí.

—Sé fuerte, Harriet —le pedí—. Volveré pronto.

—La estaré esperando, excelencia —respondió con esa sonrisa llena de seguridad—. Vaya con cuidado.

Le devolví la sonrisa y vi que el conde me extendía la mano para bajar juntos, la tomé con confianza y de inmediato todos los sirvientes se inclinaron ante nosotros.

—Esperamos pronto su regreso, señor y señora Phantomhive —dijeron al unísono.

(...)

—El tren a Redhill partirá pronto —anunció un tripulante por el altavoz del tren.

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⏰ Última actualización: Aug 21 ⏰

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Amarte en la oscuridad | Ciel PhantomhiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora