El mayordomo llegó a la residencia del conde en Londres con Lizzy en su regazo.
—¡Lizzy! —chilló su hermano—. ¡Qué alivio!
El conde y yo pasamos a otra habitación para recibir el informe de Sebastian.
—Pude obtener muestras de sangre que se hallaban en las instalaciones detrás del salón de música, y de inmediato se las entregué a Lady Sullivan —nos dijo—. Con toda seguridad, y a juzgar por la manera en la que brillaron sus ojos, muy pronto nos entregará un reporte.
A pesar de que quería ir a ver a Lizzy, mi deber que tenía con la reina era primero que todo lo demás.
—En cuanto a los portadores de los nombres de las cuatro estrellas, que la señorita Nina mencionó... lamentablemente, no pude confirmar su existencia.
—¡Más importante que eso, mayordomo!
Lord Edward llegó bastante conmocionado.
—¡No comprendo por qué regresaste de inmediato si ya tenías frente a tus ojos una prueba del mal que ahí anida!
—Lord Edward, porque soy de la opinión que no tiene mucho sentido simplemente destruir el salón de música.
El hermano de Lizzy lo miró confundido.
—Yo lo he observado incontables ocasiones... el efecto de destruir iglesias y templos para aplastar la fe de los creyentes durante las guerras santas —explicó—. Solo son simples símbolos mundanos de la adoración de los fieles, destruirlos nunca ha probado ser más que una solución a corto plazo.
El mayordomo tiene razón... incluso se puede lograr el efecto contrario.
—Y, de hecho, lo único que se logra con eso es incrementar el fervor de los creyentes —continuó—. Cuanto más tratan de detenerlos, más incrementan su pasión y se vuelven más difíciles de detener, ¿lo ve? Así es como actúan las criaturas llamadas humanos.
Lord Edward parecía estar un poco intimidado por aquellas palabras.
—Actualmente, Blavat y los cuatro s son los seres más carismáticos de todo Londres —observó—. Por lo tanto, detenerlos por la fuerza tendrá precisamente el efecto contrario.
—Entonces... ¿qué podemos hacer?
—El corazón de las personas es algo muy problemático, a diferencia del órgano con el mismo nombre, es algo que no puedes tocar —respondió—. Así seas un dios... o un demonio, resulta imposible encadenar el corazón de las personas.
Imposible... hay algo en ese salón que la tiene aferrada... sus sentimientos la llevan a actuar... es una verdadera determinación.
—¡Escuchen!
El señor Agni entró envuelto en pánico.
—¡Hay problemas! —anunció—. ¡Es lady Elizabeth!
Llegamos hasta la habitación donde se encontraba reposando y mi mejor amiga ya no estaba ahí, estábamos en el tercer piso de la residencia del conde, y, atadas a la cama, estaban las cortinas de la habitación.
—Pensé que era un buen momento para venir a ver cómo se encontraba, pero... para entonces...
—Ató las cortinas para poder escapar —musité.
—Si llegó a estos extremos... ¿por qué, Lizzy? —dijo su hermano en agonía.
Lizzy...
—Tú... ya te habías dado cuenta —siseó el conde.
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Amarte en la oscuridad | Ciel Phantomhive
FanfictionCada heredero de la familia Hastings ha arrastrado el hecho de morir al cumplir los 35 años, por el simple hecho de tener humanidad y reusarse a ser algo que no representa su ducado, pero ese hecho se desvanece cuando Lizzie hace reír a Alexandra en...