Amarte en la oscuridad | Ciel Phantomhive

Capítulo 16

—Damas y caballeros, les mostraré los frutos de nuestras investigaciones —declaró el doctor Stoker—, observen el principio de la salvación perfecta de la humanidad mediante la medicina.

Algunos ayudantes de la sociedad destaparon el féretro de prueba, revelando a una mujer dentro de él.

—Margaret Connor de diecisiete años, debido a un infortunado accidente, ella perdió la vida a una corta edad —continuó—, y su muerte no sólo la afectó a ella, también robó la salud de los corazones de su familia... ¡es mi deseo otorgarles a ella y a su familia la salvación perfecta!

—¿De verdad está muerta? —susurró el conde.

—Sin duda —respondió Sebastian—, el olor de la muerte inunda mis fosas nasales.

¿El olor de la muerte? ¿Se refiere al rigor mortis?

—¡Damas y caballeros, observen por favor! ¡El poder de la medicina! —anunció—, ¡la salvación perfecta!

La mujer estaba conectada por varios cables a una máquina al lado del doctor. Que le dieron una fuerte descarga eléctrica.

—¡Vamos revive! —incitó el doctor—, ¡como el fénix!

Aquel cadáver comenzó a mover su mano izquierda, y a los pocos segundos estuvo completamente sentada dentro del ataúd.

El conde y yo nos quedamos paralizados ante la situación, no había poder alguno, incluso en el inframundo, que pudiera superar la muerte misma.

—¡Observen por favor! —gritó—, ¡nuestra ciencia médica ha conquistado a la muerte!

—¡Maggy! ¡Oh Maggy! —dijo su madre con devoción.

—¡Doctor, le estamos agradecidos! —secundó el padre.

—¡Esta es la salvación perfecta!

—¿Qué esta ocurriendo? —preguntó el conde—, ¿de verdad revivió a un muerto?

—No creo que esto de un buen resultado conde —intervine—, hay algo muy inusual en este acto de...

En ese momento un rugido salió del cadáver y mordió con fuerza el cuello de su madre. De inmediato todos los aristócratas de la sala gritaron despavoridos, corriendo hacia la salida.

—¡Sebastian!

—Como ordene, joven amo.

El mayordomo del conde reveló finos cuchillos de plata de sus manos y las lanzó con destreza hacia el cadáver que ya estaba en el suelo. Los cubiertos se incrustaron en varias partes del pecho de la mujer, el corazón me latía con fuerza.

—¿La derribaste? —quiso saber el conde.

—Apártese por favor.

Aquel aterrador cadáver comenzó a levantarse lentamente del suelo, como si se tratara de un títere sostenido por hilos.

—¡Qué es esa cosa! —grité.

—Estoy seguro de haber atravesado su corazón —dijo Sebastian—, se trata de algo que soy incapaz de entender.

Por el otro lado del salón el doctor Stoker se veía realmente frustrado de que su salvación no hubiera sido perfecta. Dos hombres de la sociedad comenzaron a disparar al cadáver andante, pero ni siquiera los disparos detuvieron el movimiento del cuerpo, sin pensarlo se abalanzó sobre los dos hombres y de la misma forma que atacó a su madre comenzó a comer su carne.

Al ver el resultado el doctor como todo un cobarde salió corriendo de la escena.

—¡Aguarda! —gritó el conde.