CAPITULO 18

32 3 1
                                    

Pasé una noche maravillosa, baile, me divertí, el narco estaba contento porque informe a todos sus socios y conocidos de que éramos novios a pesar de que todavía no lo éramos oficialmente, hubo una canción en que baile con Amanda, esta chica caliente ni siquiera disimulo que se me ponía enfrente para restregar su trasero en mi cintura, yo la observaba que movía su cuerpo con sensualidad, a veces me mandaba besos volados, al término de la canción me dio la mano para regresar a nuestra mesa, al llegar abrazo y beso a Gerardo y yo me senté al lado del narco que hablo

—Amanda como que quiere algo contigo, solo te advierto que ella le gusta complacer a cualquier sexo, ella es bisexual, pero se me hace que se va a quedar con las ganas, jajajajaja

Yo solo me reí mientras lo miraba a los ojos, me tomo de las manos encima de la mesa y me susurro

—Lucy, ¿podemos hacer realidad eso de "los novios"?, quisiera agradecerte que lo hayas dicho aquí para que todos lo sepan, pero, nosotros sabemos de qué no es cierto

Miré a sus ojos, Él estaba como si de mi respuesta dependiera su vida misma, su gesto de súplica me llegaba al corazón, si me negaba los demás se Dorian cuenta y eso yo no lo quería, porque no solo Sarmiento estaba en mi mira, sino todos los demás que están en esta fiesta, por dentro me prometí no ceder a sus deseos carnales y le respondí

—Antonio, creo que te has comportado mucho mejor en esta fiesta, está bien, acepto ser tu novia

Creo que no acabe de hablar cuando una gran sonrisa asomo en su semblante y en vez de gritar me inquirió

—Mi novia, por fin, mi novia, gracias, Lucy, yo... creí que esto sería de esperar mucho tiempo, ¿puedo... besarte?

A sabiendas de que mi esposo ya estaba ausente de la fiesta, me levante para acercarme a Él, me senté en sus piernas al través, tome su rostro risueño y lo bese como si fuera mi esposo, un beso cálido, un beso ardiente, con la finalidad de que todos allí sean testigos de "nuestro amor", solo me rodeo con sus manos para besarme con ahínco, con pasión, cerré mis ojos para que mi mente procese todo como si estuviera tocando a mi esposo, no a otro hombre

Este espectáculo es lo que yo quería dar, todos absolutamente todos se tragaron el anzuelo, hasta aplaudieron nuestro beso, al dejar de hacerlo advertí al narco que sonreía muy feliz y yo también lo hice, aunque por dentro este que me revuelve el estómago, me levante de su regazo para hacerlo que se levantara y tomar de su mano, caminar hasta la barra ante la mirada atenta de todos los presentes y pedir al barman con voz seductora

—Por favor, deseo dos copas de champaña para mi novio y yo

El hombre que me había estado echando los perros, se quedó como si hubiese tocado la lava de un volcán, rápidamente nos atendió, nos sentamos en la barra, yo ni siquiera le dirigí la mirada al idiota ese, bastaba con lo que estaba presenciando para que se mantuviera alejado y asustado, pues había estado coqueteando con la novia del jefe máximo de los narcos

Cruzamos los brazos para tomar de nuestras copas la champaña y Sarmiento musito

—Por nosotros

Yo, en cambio, mencione astutamente

—Por mi novio que amo y yo, que por ti recién conozco el amor, por ti Antonio acabo de saber lo que es amar por primera vez

Ingerimos el líquido burbujeante de nuestras copas, mientras sonreíamos, Amanda vino a nuestro lado feliz, gritando de alegría

—Guauuu, son novios, son novios, por fin, ya era hora

Gerardo también nos felicitaba, aunque al disimulo me dijo en el oído, «Por Dios, hermana, ¿qué es lo que acabas de hacer?», después fue a abrazar al narco, como si de verdad fueran los mejores amigos, sentí una intensa mirada, vire mi cabeza para ver y era Luis que había presenciado todo lo último que sucedió, no hizo gesto alguno, solo un gesto imperceptible para los demás y no para mí, ese gesto fue de desaprobación

SIEMPRE MI SUMISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora