CAPITULO 37

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NARRA LUCY (alter ego de Fanny)

Cuando me enteré de que no estaba tan lastimado mi esposo, mi corazón se llenó de alegría, estuve contenta todo el día, en el gimnasio los cuatro estábamos entrenando cuando se le ocurrió a Sarmiento retarme a una pelea, la verdad es que no pude contener mis carcajadas, Amanda y Gerardo me siguieron en las risas y Antonio estaba con sus manos en la cintura enojado, diciendo

—Oigan, he entrenado bastante, quiero ver si puedo pelear con ella, bueno, aunque quería pedirle que... trate de no lastimarme mucho

Amanda entre risas le acoto

—Antonio, sabes y conoces muy bien a Lucy, ella no respeta nada de reglas, pobre de ti

Lo observé con malicia, porque por mi mente se cruzaron estas palabras «esta es mi oportunidad de darle una soberana paliza por lo de Albert». El narco subió al ring junto conmigo mientras me susurraba en voz baja

—Lucy, ten paciencia conmigo, quiero ver si he aumentado la fuerza, porque sé muy bien que jamás te ganaría, ¿podrías por favor, no golpearme tan fuerte?, mira que soy tu novio

Cuando estábamos frente a frente le exclamé mientras me frotaba mis manos

—Mi novio debe ser un hombre fuerte, no un enclenque, así que Antonio, demuéstrame que soy la novia del señor músculos, aquí te espero

Mire a Gerardo para pedir

—Tú, eres el réferi, toca esa campana cuando sea la hora, ¿entendido?

Gerardo entre risas acoto

—Muy bien Lucy (miro a Amanda) mi amor, 200 dólares a que Lucy lo tumba en el primer asalto

La chiquilla revoltosa como que lo estaba pensando en aceptar la apuesta cuando soltó sonriente

—Tus 200 dólares y 100 más a que resiste el primer asalto

Antonio os observaba con la boca abierta, hasta que exclamo

—Ustedes ni parecen mis amigos, (alzo su mirada hacia arriba y vocifero alzando sus manos al cielo) ¡Diablos!, ¿en qué lío me metí?

Sonó la campana y comenzamos, yo caminaba rodeándolo y Antonio hacía lo mismo, no me quitaba los ojos de encima y yo tampoco, le lance varios golpes cerca y saltaba para atrás, yo me contenía la risa al verlo asustado, lance un golpe al azar no tan fuerte y le conecte en el hombro, se fue hacia atrás con un gesto doloroso y agarrándose su hombro mientras decía

—¡Auch! Eso dolió, amor

Yo simplemente sonreía y le musitaba alentándolo

—Aquí te espero mi amor, lánzame uno a ver si puedes, te espero corazón

Se fue acercando con mucha cautela, me lanzo dos golpes y los evadí, al tercer intento deje que me conectara, fue en el rostro, pero ni cosquillas y yo aproveche en darle un golpe no tan fuerte en el mismo sitio y Él cayó hacia atrás con su trasero en la lona, se quejaba un poco, sin embargo, se levantó para seguir, esta vez si lo sentí un poquitín con más fuerza, pero no la suficiente como para hacerme daño. Ya estaba por terminar el primer asalto, cuando Antonio me lanza un golpe, dejo que me conecte en el centro del pecho y yo que aprovecho su guardia baja y le doy exactamente en su mandíbula y lo vi caer como fardo cerrado sus ojos

Gerardo entró rápidamente al ring para agarrarlo en sus brazos y sacarlo de ahí, ponerlo recostado en un gran sofá que tiene allí, lo golpeaba levemente en las mejillas para hacerlo reaccionar y nada, me miro para decir

—Oye, te olvidaste lo que te pidió, jajaja, está noqueado, no siente nada, jajajaja

Escuchar las carcajadas de Gerardo me hizo gracia, sin embargo, Amanda trajo un trasto con agua y una toalla pequeña, la remojo para ponérsela en la frente mientras hablaba un poco decepcionada

SIEMPRE MI SUMISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora