CAPITULO 49

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NARRA ALBERT GUZMAN

Son las 5 am y todo está listo para la misión, mi suegro me llamó para informar de que los hombres del Don Luiggi llegaron y están esperando para acompañarnos. Lo único que no me gusta es que justamente a esos dos que están todavía enamorados de mi esposa son los que van a estar ahí conmigo.

Fui a la habitación de mis hijos para despedirme de ellos, quiero hacerlo antes de que despierten, subí lentamente las escaleras, al llegar a la parte superior me quedé por un momento parado inhalando y exhalando aire. Caminé y abrí la puerta despacio, una luz tenue se vislumbraba adentro, miré a Erick acostado en su cama que estaba junto a mis hijos, me agache para dejarles un beso en la frente a cada uno y musite en voz baja

—Hasta luego, mis amores, espero salir avante en esta misión, su madre quizá hoy regrese a casa para volver a ser muy felices los cuatro

Me quedé ahí inmóvil parado observándolos dormir, sonreí al imaginarme lo felices que se pondrán cuando vean a su madre y yo también quiero tenerla conmigo de nuevo. Después me acerqué al lecho donde dormía Erick, parecía un ángel acostado, su ronquido apenas perceptible me hizo sonreír, me agaché para dejarle un beso en sus labios entreabiertos y decir

—Me voy ya, cuídate y cuida a mis hijos, prefiero verte aquí durmiendo y no como quieres ir al peligro conmigo, no quiero perderte Erick.

Salí con mucho sigilo cuidándome de no hacer ruido y despertar a ninguno, cerré la puerta, caminé hasta las escaleras y comencé a bajar por ellas. Al abrir la puerta frontal vi que ya me esperaban en una patrulla para irnos. Miré para atrás y me subí al auto, saqué mi celular para revisar con el GPS la situación de todas las patrullas y de mis hombres. Éramos una caravana que íbamos de ahí hasta un sitio estratégico donde nos reuniríamos todos.

Demoramos casi una hora de recorrido en el auto hasta encontrarnos con los hombres del Don, mi suegro, mi cuñado y Francis que venía de encubierto para que no lo reconociera ninguno de sus compañeros policías. Los primeros en presentarse fueron esos dos idiotas que me saludaron

—Hola, soy Renatto y Él es

No lo deje terminar para decir con enojo

—Sé quién es Él, hola, Draco

Me miró con su mirada baja diciendo

—Hola, Albert

Mi suegro y mi cuñado me saludaron con seguridad

—Hola, Albert, hola, cuñado

Mi suegro habló mientras miraba su celular

—Bien, todo está a su punto, vámonos, ya nos están esperando en el punto establecido

Nos subimos de nuevo en los vehículos y la caravana que ahora era mucho más grande, se encaminó hasta el sitio en donde esperaríamos a los tráileres de Sarmiento y por ende poder capturarlo y acabar con todo ya, extraño a mi esposa, además me imagino que mi suegro debe extrañar a su hija y mi cuñado a su hermana. Luis instaló un GPS al primer tráiler que viene adelante para conocer la ubicación exacta. Estaba tan alegre que solté un grito airoso

—Por fin vamos a capturarte, hijo de puta

Mario, mi policía de confianza, se carcajeó al escucharme y también me hizo reír. Iba tranquilo, estaba cerca de ya terminar con todo esto y volver con mi esposa, Estaba tan ansioso de volver a tenerla a mi lado, verla en casa disfrutando de nuestros hijos, volver a ser la familia que hemos sido siempre, verla jugar con nuestros hijos, volver a verla sonreír y claro que, volver a hacer el amor con ella, escuchar como gime cuando lo hacemos, más que todo cuando me somete y me hace gozar como nunca

NARRADOR

Erick ya tenía un plan para irse con su amor, había hablado con Carmen para que se encargara de los niños, solamente que le omitió sus planes, simplemente le dijo que iría de viaje para traer una sorpresa para la familia. La mujer aceptó creyendo lo que dijo el niñero. Mientras tanto, ya tenía lista su vestimenta, había entrado furtivamente donde tenían los uniformes policiacos para estas ocasiones. Para que nadie sospechara más que todo su amado, había escondido debajo de la cama todo lo que necesitaba para irse

Previamente, había acostado a los niños y por ende Él también, por eso cuando el padre ingreso a la habitación, Erick estaba despierto, pero, haciéndose el dormido, hacía el sonido de ronquido leve para asegurarse de que Albert creyera que dormía profundamente. Sentir ese beso en sus labios le supo grandioso, espero a que bajara la escalera, lo siguió rápidamente y mientras lo escuchaba dando órdenes, salió por una pequeña puerta para luego subirse a uno de los camiones donde iban los demás policías, como estaba disfrazado, nadie se dio cuenta de nada

Dentro del camión observaba a los demás que estaban fuertemente armados, Él llevaba una Uzi que encontró encima de una mesa, todos hablaban entre ellos, nadie se percató de su presencia creyendo que era uno de los policías de otro regimiento, ya que iban mezclados los hombres del General Núñez y los hombres del comandante Núñez y los hombres del comandante Guzmán

Suspiro, largo y tendido, se recostó un poco para esperar la llegada del vehículo al sitio acordado. El movimiento continuo, hacía que el tiempo pasara rápido, solamente que le hubiese gustado ir al lado de su amado Albert. Los nervios comenzaron a aparecer, sin embargo, trataba de sacar fuerzas para controlarse, se dijo a sí mismo, «Yo puedo hacerlo, por eso vine». De a poco iba acercándose al sitio donde comenzaría la misión. De repente vio a los hombres que comenzaban a prepararse acomodando sus armas y sus uniformes, uno de ellos se le acercó para entregarle armas y pidiendo que esté listo, porque ya estaban llegando

Erick solamente las tomó y observando a los demás como las guardaban, hizo lo mismo también. Se sintió que el camión vibraba más de lo normal hasta que dejo de moverse y escuchó la voz de Albert ordenando a la tropa que se bajaran y fueran a su sitio. Bajaron los hombres del camión, seguidos por Erick, el camión estaba metido en el follaje escondido, mientras los hombres se iban situando en sus puestos y otros camuflaban todos los vehículos con ramas de árboles y demás, hasta que todo estuviese como si nadie estuviese ahí

Ahí, escondido podía verlo, lo observaba en acción, dando órdenes, explicando el procedimiento, vio al padre y hermano de la esposa de Albert ubicándose atrás del follaje. Después vio que se internó en el follaje y desapareció, entonces se quedó quieto como lo estaban los demás esperando nada más que todo comenzara, estaba tembloroso porque esta era la primera vez que estaba en esta situación, el miedo recorría su cuerpo, sin embargo, ya estaba ahí, justo donde quería estar, prometiéndose de que trataría de no dejar que nada le suceda al amor de su vida

Solamente están a la espera de la llegada de la caravana del narco para comenzar todo, era una misión casi suicida, pero, la meta era atrapar a Antonio Sarmiento junto con la mercancía

SIEMPRE MI SUMISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora