CAPITULO 26

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Estuve casi media hora allí sentada meditándolo todo, no podía dejarme llevar solo de la furia de la traición, tenía que sopesar todo, me levante más tranquila, dejaría esto para cuando regrese, no podía ocupar mi mente en lo que sucedió. Abrí la puerta para salir, escuche unos murmullos y risitas que ingresaban por la puerta principal, camine hasta allá y vi a Gerardo con Amanda que casi se arrastraban besándose, además que balbuceaban, señal de que estaban muy embriagados

Me quedé allí parada para que subieran y no se percataran de mi presencia, a trompicones subieron y se perdieron en la parte de arriba, fui hasta la cocina y abrí la nevera para sacar una jarra de zumo de arándano, tome dos vasos, estaba ya por subir la escalera cuando divise el bar de la sala, Fui hasta allá, y tome una botella de whisky, puse casi lleno el vaso, de la pequeña nevera saque cubitos de hielo para refrescar el trago, me lo tome de una alzada, al terminar puse el vaso encima de esa mesita y solté casi ahogándome

—¡Mierda!, ¡Maldita seaaa!

Me di vuelta para recostarme un poco y respirar, ya que la garganta me quemaba un poco, espere unos minutos y mejor tome la botella, puse hielo en un jarro y me lleve mi vaso hasta sentarme en un sofá, tomaba vaso tras vaso de ese dulce y tranquilizador néctar hasta que me terminé la botella, tenía mis ojos a punto de soltar lágrimas, trataba de retenerlas pero me gano el dolor, solloce allí sentada en la soledad

Estaba ya amaneciendo, me levante para irme a mi habitación a dormir, subí las escaleras tambaleándome, cuando sentí que alguien me ayudaba a subir, voltee mi cabeza un poco y vi a Luis, me susurro

—La ayudo, disculpe, pero... escuche lo que decía en la sala, lo siento mucho

Lo miré risueña y le balbuceé

—No importa, sé que me ama y eso es o que me importa, cuando regrese hablaré con los dos

Luis acotó con dudas

—¿Los dos?, acaso la amante del comandante está todavía en su casa?, ¿Quién es? ¿Alguna de las empleadas?

Le solicité que entrara a mi habitación, cerro la puerta con seguro y se sentó en uno de los sofás y yo en otro que estaba muy cerca, entonces  sonreí y le exprese

—¿A que no te imagines quien es Luis?, adivina

Él me observaba con esa mirada reticente para responder nombrando a algunas mucamas que conoce y yo le negaba con la cabeza con cada nombre que salía de su boca, hasta que exclamo

—Esas son todas las que conozco, ¿entonces quien es? Y¿usted los vio en acción?

Le dije que si y que había revisado los videos, hasta que al final le mencione

—Espere que se durmieran para usar el suero de la verdad

Hizo una gran O de asombro, pero seguía escuchándome decir

—Primero la use en Albert y corrobore lo que siempre he sabido, su amor por mí perdurara para siempre

Luis me escuchaba callado, pero con mucha atención, mientras tanto proseguí hablando

—Después le inyecté a esa otra persona y me enteré de que todo había sido un plan maquiavélico para hacer que mi esposo lo follara

Fue entonces que Luis replico

—Dijo... ¿Que se lo follara?, espere, espere un momento, es un hombre, el comandante se folló a... un hombre, pero si el único que está siempre allí es Erick

De repente como que se percató de todo y casi grito

—Noooo, ¿Erick?, fue el niñero, ¿el niñero?, ¿pero cómo?, porque el comandante jamás ha tenido esos gusto

SIEMPRE MI SUMISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora