CAPITULO 62

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NARRADOR

El cuartito estaba iluminado con sendas velas que daban un ambiente hermoso, las sabanas de satín negro cubrían la cama y en una mesita estaban puestos los juguetes eróticos preparados para esta sesión caliente. Ella estaba vestida con un bello corsé negro que acentuaba su figura, medias de encaje negro que resaltaban sus piernas. Su cabello caía en suaves ondas sobre sus hombros, y sus labios estaban pintados de un rojo intenso que prometía mucha diversión.

Albert ya estaba esperando, arrodillado en el centro de la habitación. Su corazón latiendo con fuerza mientras la observaba "¿Listo para otra noche emocionante?", preguntó Fanny con una sonrisa traviesa.

Fanny se acercó a él y le acarició suavemente el rostro. Mientras le ataba las muñecas con suaves esposas de terciopelo le hablo con voz lujuriosa

—Recuerda nuestras reglas, vamos a explorar un poco más tus límites

Ella tomó con agilidad un vibrador pequeño, pero potente, lo encendió cerca del oído de su esposo que al estar vendado simplemente escuchó el sonido y su piel se erizó al instante. Los jadeos de su esposa lo excitaron de inmediato. continuó jugando con él, alternando entre caricias suaves y golpes controlados del látigo sobre su pecho.

Mientras lo mostraba un plug anal antes de aplicarle un poco de lubricante le dijo toda traviesa

—Solo relájate y confía en mí, esto te gustará mi amor, respira hondo

Albert sintió una mezcla de emoción y nerviosismo al ver el juguete. Pero habló con seguridad

— Está bien... estoy listo

La sensación era intensa y completamente nueva para él; cada milímetro parecía amplificar su placer. Cuando finalmente estuvo completamente dentro exclamo

— ¡Oh, Dios!

Fanny comenzó una ronda de latigazos que surcaban el aire entremezclado con el sonido de gemidos lanzados por Albert. Un momento después Fanny se acercó al oído de su esposo que respiraba entrecortado para susurrar

—¡Eres mío!

Despacio fue apretando la cuerda que estaba diseñada para apretar el collarín de cuerina y quitarle de a poco el aire, haciendo la asfixia erótica. Cada apretón un beso profundo. Albert estaba disfrutándolo, sentía todo como si fuese una droga de lujuria. Fanny se levantó y apretó un poco más al mismo tiempo que le lanzaba un suave latigazo haciendo estremeces su cuerpo, un hilillo de semen se apreciaba en la sabana negra de satín, esto visto por su esposa que estaba muy excitada al observar la reacción sumisa de su esposo.

Albert estaba en otro mundo con la asfixia erótica, cuando de repente sintió que le estaban haciendo un oral espectacular, cada succión lo volvía loco, los gemidos de su esposa dominatrix aumentaban su placer hasta que ya no pudo más exploto de placer, dejando salir su néctar cuál volcán en erupción. Fanny le aflojo de inmediato el collarín dejando entrar el aire a los pulmones de su esposo, ya que necesitaba de oxígeno para respirar

La respiración rápida y las palabras entrecortadas y felices de su esposo se escuchaban dentro

—¡Que... rico! Mi a... ma.

Fanny le hablo llena de amor

—Ya terminamos. Otra vez eres mi esposo, descansa un poco mi amor. Toma aire

Albert acostado sin mover ni un músculo menciono

—Cada vez más delicioso. Por eso te amo cada vez más, mi gordis

Fanny estaba de costado para acariciar su rostro y su pecho mientras decía

—Mi amor. Quisiera que te relajes para sacarte ese plug

SIEMPRE MI SUMISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora