CAPITULO 52

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El comandante Guzmán estaba en el sitio acordado con su esposa para cumplir el plan del narco, sin embargo, nadie sabía de la persona que furtivamente se había colado en la misión. Como también estuvo disparando al igual que los otros policías contra los hombres que estaban cerca de los tráileres, solamente había alcanzado a ver a su amado que estaba caminando semi agachado hasta que llego a un árbol.

Hasta ahí se mantenía muy tranquilo, al disimulo se movió parta irse agazapado, estaba muy ansioso de acercársele, se cuidaba de que nadie notara sus movimientos, ya estaba muy cerca, como sus ojos estaban concentrados en su amado, no se dio cuenta de que cerca se encontraban el padre y hermano del comandante, sin embargo, ellos estaban dando órdenes a sus hombres para atrapar a los delincuentes que disparaban en su contra. Duro varios minutos moviéndose, ya estaba muy cerca cuando noto un leve movimiento por la parte del follaje

Sus ojos ávidos observaban el sitio cuando vio algo que saltaba en dirección de su amor, lo vio caer hacia atrás con algo encima de Él, eso hizo que entrara en pánico y soltó una queja

—Nooo, pero ¿qué es eso?

Quien estaba siendo testigo de ese espectáculo no era otro que Erick, que al ver a Albert en peligro, no midió nada y comenzó a correr para llegar a Él y tratar de salvarlo. Mientras corría, miraba cómo una persona lo golpeaba, no podía reconocerlo porque iba muy bien tapado, su mente se ofuscó y sin temor a nada se abalanzó encima del atacante, sin embargo, lo que recibió fueron varios golpes que lo lanzaron a un lado dejándolo con un intenso dolor que comenzó a quejarse, porque nunca nadie lo había golpeado

—Ay, mi Dios, qué dolor, Aaaagh

Su voz fue reconocida por ambos y Albert agachado se le acercó para quitarle el pasamontañas y verlo lleno de sangre que brotaba por nariz y boca, entonces hablo muy preocupado

—Erick, por Dios, pero ¿qué haces aquí?

El atacante también se acercó para decir

—Erick, pero ¿qué haces aquí?, casi te mato, no debiste entrometerte, esto era un plan con mi esposo

El niñero reconoció la voz y exclamo en medio de su dolor

—Se... ñora, oh, dis... cúlpeme

Miró a su esposo para decir

—Mi amor, vamos a terminar esto, debo hacerle creer que te doy el golpe definitivo para que se crea ganador y yo, haré lo que falta (miro a Erick pidiendo) tú, quédate aquí, aguanta un poco, y te llevaremos en una ambulancia a casa

Erick simplemente asintió con su cabeza, mientras el comandante agazapado llego de nuevo al árbol parándose como si estuviese muy golpeado, después asomo frente a Él su atacante que no dejaba de moverse y de un momento a otro salto para golpearlo con la rodilla y lanzarlo hacia atrás para después montársele y seguir golpeándolo hasta que se quedó quieto. Se levantó para virarse hacia la parte donde estaba Sarmiento, alzo un poco el cuerpo del comandante para que a través de los prismáticos lo viera que estaba con su cuerpo desmadejado y creyera que ya estaba muerto

Lo que el narco no sabía, era que no lo golpeaba, sino que le embarraba de sangre sintética para que pareciera que lo había golpeado y estaba lleno de sangre. Sarmiento estaba muy contento de verlo muerto, porque confiaba en Lucy. En otro sitio habían capturado a Amín los hombres del Don, lo llevaron hasta donde estaba el general que les ordeno que lo subieran a uno de los autos escondidos atrás y se quedaran con Él. En cambio, Cortazar, o mejor dicho, Zaragoza ya estaba herido, se había escondido, estaba muy cerca del árbol y había sido testigo del ansioso beso de la novia de Sarmiento con el comandante y su mente conecto con que era cierto lo que sospechaba y soltó en voz baja

SIEMPRE MI SUMISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora