CAPITULO 7

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SIGUE NARRANDO LUCY (ALTER EGO DE FANNY)

La pobre Amanda estaba llena de pánico porque la observaba con mi entrecejo casi unido de lo furiosa que me encontraba en ese momento, le indague con voz profunda.

—¿Don Antonio, planeo esto?

Camine a su alrededor hablando

—Si me dices la verdad, te seguiré considerando una amiga en quien confiar

Ella miró hacia un lado de forma muy nerviosa, eso me indicaba que di en el clavo, así que simplemente fije mis ojos hacia ella, presionándola psicológicamente, hasta que soltó.

—Él me pidió que... que te trajera para comprarte nuevos atuendos, me dijo que cuando estuviese probando los negligés hiciera eso de... abrir la puerta, no sin antes hacerle una señal tirando un papel hacia afuera

Se me acercó con su carita de inocencia pidiéndome disculpas, me abrazo y yo también le abracé, diciendo

—Amanda, quisiera pedirte un favor

Se soltó para responderme muy solícita y sumisa

—Pídeme lo que quieras Lucy y lo haré, yo no quiero que te enojes conmigo

La hice sentar junto a mí para decirle en voz baja mi plan, ella me miraba sin poder creerlo, me decía a cada momento «¿en serio?, ¿de verdad?», termine de informarle lo que debía hacer y me aseguró de que lo haría al pie de la letra, el primer paso era negar al narco que me confesó todo lo que Él le había ordenado.

Volví a ponerme lo que traía puesto cuando llegamos a la tienda de ropa y lencería fina, Amanda salió cargando todo lo que iba a pagar en caja, yo la acompañe, pago con tarjeta de crédito, note que le pertenecía a Sarmiento, nos empacaron todo y salimos de allí dentro, ella se me adelanto camino algunos pasos y observaba a todos lados, se dio vuelta y se alzó de hombros diciendo.

—No los veo, ¿Dónde estarán?

Miré la hora y me imaginé que deben de estar en el patio de comidas, le comente a la chiquilla y caminamos hacia ese sitio y no me equivoqué ambos estaban haciendo fila para comprar los alimentos, al vernos el narco llamo a la chiquilla, ella me entrego las fundas para dirigirse en donde estaba Sarmiento, algo le dijo y ella solo se situó en el sitio en donde estaba Él, vi que le entrego algunos billetes y comenzó a caminar hacia donde estaba parada yo, paso a mi lado ordenando como si no hubiese pasado nada.

—Vamos a buscar una mesa para comer

Yo igualmente lo acompañé como que no me importara, estaba por sentarme cuando lo veo que se adelanta para moverme la silla y esperar para que me sentara cómodamente, luego Él agarró otra silla para sentarse frente a mi, allí sentado fijo su mirada en mi persona sin mediar palabra alguna, sin embargo, yo lo observaba tranquila, suspiraba antes de mirar hacia otro lado cuando lo escuche decir.

—Lucy, yo... quería pedirte disculpas por lo que sucedió en el vestidor, yo... yo no sabía que estaban ustedes allí, recibí un mensaje y me quede leyéndolo, vi que se abrió una puerta, entonces la luz brillante del vestidor me llamó la atención y, pues, te vi, no fue mi intención estar curioseando o de fisgón como me gritaste

Yo puse mi mano en mi mentón sin dejar de mirarlo muy seria, respire hondo para hablarle

—Le creo don Antonio, por lo que me dice, puede ser que estuvo en mal momento y en mal lugar, si fue así, no se preocupe de nada, no estoy molesta con usted

Su semblante preocupado cambio totalmente a uno de tranquilidad, como si se sintiera feliz de que me trague su mentira, de que me engaño y de que yo caí como tonta, eso me gusto mucho, porque justamente se cumple lo que había planeado, ¡el pez se tragó el anzuelo!

SIEMPRE MI SUMISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora