CAPITULO 53

13 2 0
                                    


NARRA ERICK

Cuando todo comenzó estaba aterrado, las balas pasaban silbando cerca de mí, estaba apostado debajo de un camión junto a tres hombres que estaban disparando a diestra y siniestra, veía cómo otras personas caían ensangrentadas, estaba temblando, sin embargo, jalaba el gatillo y las balas salían por montones y a toda velocidad, solamente alcance a ver que esos hombres caían. Hubo un momento en que me atreví a asomarme y alcance a darme cuenta de que Albert se iba de donde estaba, fije mi mirada y me percaté que se dirigía un árbol que estaba un poco lejos y solitario

Eso me causo mucha curiosidad, no entendía el motivo para alejarse tanto, observé que revisaba su celular, me decidí a salir de debajo de ese camión para ir con Él, así agazapado y muy despacio comencé a moverme, trataba de pasar desapercibido, lo estaba logrando, cada vez estaba mucho más cerca de mi amor. De repente vi moverse el follaje, trate de agudizar mi vista para reconocer ese algo o alguien que estaba en ese sitio, cuando solamente vi una sombra que salió de ahí y voló por los aires cayéndole a Albert encima llevándoselo con todo

Mi mundo, mi corazón, se detuvo en ese preciso momento, al acercarme más haciendo un esfuerzo, casi sufro un infarto, era un encapuchado que lo estaba golpeando, Albert, a duras penas, podía defenderse de ese ataque sorpresa. Respiré hondo y decidí entrometerme para salvarlo de ese ataque. Cuando me metí a defenderlo de ese maldito atacante, ni siquiera pude darle un golpe, porque reaccionó ante mi presencia y me dio golpes muy fuertes que me lanzo al suelo lleno de dolor, me queje porque en verdad esos dolores eran insoportables

Estaba hecho una bolita porque me estaba abrazando a mí mismo, me dolía mi rostro, solamente sentía que algo caliente bajaba de mi nariz y boca, sentí que alguien se me acerco y fue cuando habló que reconocí a Albert, reclamándome de mi presencia y cuando escuché la otra voz, casi me desmayo, era la señora Fanny que se había alzado el pasamontañas que traía puesto, me sentí feliz de saber que está bien, aunque también me reclamo de mi presencia en ese lugar y que lo que estaba sucediendo era un plan fraguado con Albert. Me pidió que no me moviera hasta terminar con todo

Albert, todo agazapado, volvió a ese árbol, yo solamente me quede allí acostado observándolo todo, la señora Fanny se le montó encima de nuevo. Al principio creí que en verdad lo estaba golpeando cuando note que movía sus manos, me pareció que lo embarraba con un líquido que parecía sangre. Al terminar se levantó para cargar el cuerpo de Albert que se veía como si estuviese muerto, yo, estaba fascinado de su actuación, era algo increíble. Después se fue en la misma dirección por donde la vi salir saltando, no me atreví a levantarme, más que todo porque Albert me hacía señas de que no me moviera de mi lugar

Varios minutos pasaron, entonces vi a Albert que ahí acostado observaba a través de unos prismáticos hacia la dirección en que se fue su esposa, de repente escuché una detonación. Unos minutos más tarde observe a Albert levantarse y sacarse esa ropa ensangrentada para solamente quedarse con su uniforme. Comenzó a caminar para irse por el mismo camino por el que se fue su esposa, ya no pude ver nada más, aunque no podía moverme muy bien por los dolores que sentía debido a las caricias de la señora Fanny

Al recordarlo me reí, pero qué caro me costó reírme, porque mi hermoso cuerpito me dolía a rayos, fue una risa con lágrimas. Demoraron un buen rato hasta que vi que Albert venia cargando a alguien en su espalda, algo balbuceaba esa persona, lo metió en la patrulla, mientras la señora Fanny toda alegre, vino a ayudarme para pararme, me fue abrazando diciendo que le alegraba que salí ileso, que cuando me vio temía que me sucediese algo. Oí la voz de su hermano que algo le decía al que estaba dentro de la patrulla, me ayudo a sentarme en el sitio del pasajero

Me acomodo bien mientras me decía con su dulce voz

—Erick, ¿te sientes mejor? En casa te inyecto un sedante para que duermas y se acaben estos dolores

Le agradecí porque sé que ella estudió de drogas y demás. Cuando estábamos por irnos, Albert entro para manejar y su esposa entro para sentarse a mi lado, yo, quede en medio de los dos, cuando la señora Fanny soltó

—Pareces un pedazo de salami en medio de dos panes, te hicimos un sándwich, jajajaja

Todos nos reímos ahí dentro, me reí y a la vez me queje por mi dolor del cuerpo, ella me abrazó un poco y me exclamo toda tierna

—Perdóname, si hubiese sabido que eras tú, jamás te hubiera golpeado

Nos encontramos con el padre de la señora y su hermano, que al verme sus rostros llenos de asombro mencionaron

—Erick, pero ¿qué carajos haces aquí?

—Hombre ¿estás loco? No debiste venir

La señora Fanny de inmediato los calmo diciendo que hablarían en casa, que terminaran con todo, que llevarían a ese hombre a buen resguardo para después regresar a casa. Llegamos a un sitio que nunca había visto, había unos enormes portones negros, que se abrieron automáticamente, ingresamos y vi muchos hombres armados, al estacionarse, abrieron la puerta de atrás y unos hombres se llevaron al prisionero inconsciente, solamente Albert los acompaño, en la patrulla nos quedamos la señora Fanny y yo, cuando de repente hablo con un tono muy serio

—Erick, cuando ya te sientas mejor, nosotros dos debemos hablar de algo muy serio, ¿entendiste?

Ay, mi Dios, que no sea lo que me estoy imaginando, ¿sospechara algo? O ¿alguien le aviso lo que sucede entre Albert y yo? Mis nervios se dispararon, pero traté de lucir tranquilo y le asentí con la cabeza.

Albert demoró casi media hora hasta que apareció, entrando a la patrulla para manejar cuando menciono

—Por fin, ya está a buen resguardo, lo puse en una de las celdas de máxima seguridad. Bueno, ahora sí, a casa

La señora Fanny le pregunto por un tal Amín, a lo que Albert le respondió que los hombres del Don se lo llevaron con ellos a Italia por orden del mismísimo Don, que no iban a inmiscuirlo entre los acusados. Ella simplemente acotó

—Oh, mi padrino y sus amigos, con razón trajo a esos dos.

Albert continuó narrando que había recibido una llamada de parte de su suegro avisando que había delegado a un tal Mario y a Luis para que lleven a todos los prisioneros a las celdas, que a uno llamado Julián también lo encerrarían en una celda de alta seguridad. Lo que había quedado en la carretera ya estaban los de limpieza para dejar todo limpio, los tráileres, autos, camiones serán guardados en una zona segura, que no se preocupen, porque se reuniría la familia en casa de Albert

Escuche un resoplido de mujer, a lo que siguió la voz de la señora Fanny

—Auuumm, reunión en nuestra casa, mi amor, por lo visto mi papá quiere celebrar nuestro triunfo. Sabes mi amor, ese grasiento de Cortazar sospechaba de mí, varias veces se lo dijo al narco y el muy pendejo nunca le creyó, hasta lo amenazó con desaparecerlo y bueno, debes haberlo visto ejecutado por el mismo Sarmiento. Además, ese hombre quería venganza por lo de su padre

Albert iba alegre tarareando una canción, después alzo el volumen y todos comenzamos a cantarla, a pesar de mis dolores también me uní, lo malo es que ella a ratos me apretaba contra ella y me dolía a los remildiablos. Yo, ya estaba tranquilo, pues, Albert, estaba bien, su esposa regresaba a casa, algo que Él tanto añoraba y los niños también, extrañaban a su madre, sin embargo, yo, con lo que me dijo la señora Fanny me quede con mis nervios de punta

Misión cumplida, el narco y sus cómplices bajo buen resguardo, un niñero golpeado, pero feliz, un regreso afortunado, aunque hay una conversación pendiente que tienen a una persona en ascuas

SIEMPRE MI SUMISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora