CAPITULO 45

16 1 0
                                    

NARRA LUIS

Estaba sacando mi caballo del establo para que fuese a pastar cuando sentí una vibración dentro de mi bolsillo del pantalón, era porque recibí un mensaje, me apresuré a llevar al equino hasta donde le había preparado su follaje, hice el gesto de que lo estaba acomodando para poder sacar el celular y leer el mensaje, era del comandante, me comunicaba que había hablado con Francis y que este se había aliado a Él. Además de que ya estaban preparándolo todo para aprehender a Sarmiento, que esperara instrucciones muy pronto

Me lleno de satisfacción ese mensaje, eso quería decir que ya se acabaría esta pantomima y sacar de aquí a la señora Fanny que está en constante peligro, porque a pesar de que el Don aclaro el asunto ese idiota de Cortázar no va a sacar el dedo del renglón y eso es muy peligroso, van a llegar toneladas de mercancía y Sarmiento las va a distribuir y ahí es que van a cumplir el plan. Voy a ver si la señora puede hablar conmigo

Deje al caballo pastando y camine hasta la casa, Sarmiento estaba viendo la televisión en compañía de todos los demás, sus risas se escuchaban muy fuertes, subí la escalera al llegar al pasillo estaba desolado, caminé muy despacio hasta llegar a la habitación de la señora, toque la puerta y desde adentro contesto con un "está abierto, pase". Abrí la puerta y ella estaba sentada frente a la televisión, me miró para decirme

—Cierra la puerta con seguro, por favor

Obedecí su orden para después sentarme en otro sofá y de inmediato me indagó

—¿Sabes algo de mi esposo?

Sonreí para decir

—Sí, hace rato, me mando un mensaje de que todo estaba cerca de terminar y que esté atento a unas instrucciones que me mandaría más tarde. Ella soltó un suspiro y sonrió, entonces le pregunté

—¿Se siente bien usted?

Viró su cabeza para hablar conmigo

—Sí, estoy bien, aunque tuve que deshacerme de una persona y Antonio quiso que hubiese testigos, entre ellos mi padrino, oh, por cierto, estuvo aquí en esta habitación hablando conmigo, fue algo que yo no me esperaba, me sentí reconfortada y Mike también tuvo el mismo privilegio de verlo, claro que a escondidas y por breve tiempo, creo que hoy se va de regreso a Italia

Le mencioné que deberíamos aprehender también a Cortázar, si se puede ser al mismo tiempo para no dejar que nos arruinara los planes, estuvo de acuerdo conmigo, me pidió que avisara a su padre de esa situación, me comprometí a hacerlo, me miró para decir alegre.

—Luis, no veo ya la hora en que regrese a casa y ver a Albert y amarnos como nunca. Lo extraño y a mis hijos, aunque Erick sabe cómo cuidarlos y entretenerlos

Yo sabía muy bien lo que sucedía entre el comandante y Erick, sin embargo, no quería dañarle la alegría, opté por callarme. Me levanté para hablar

—Mejor me voy, por si acaso, estaré atento a todo, ah, tome, aquí le dejo el día y la hora donde Sarmiento va a estar para la entrega de la mercancía, Julián me informo, ya esto se lo mande a su padre

Le entregué el papel donde escribí todo y me fui abriendo y cerrando la puerta con sigilo. No había nadie cerca de ahí, subí a la parte más alta para tomar unos pantalones que había dejado para que se secaran bien. Bajaba ya cuando un guardia subía también y me saludo, conteste el saludo y moví el pantalón para que lo viera por si acaso, aunque aquí nadie desconfía de mí

Cuando llegué al final de la escalera, miré que ya todos estaban juntos y se estaban despidiendo, Sarmiento me pidió que acompañase al Don y a sus hombres hasta el aeropuerto privado, le asentí con mi cabeza, los primeros en salir fueron todos los hombres del Don, antes de irse en la puerta principal el italiano le dijo al narco.

SIEMPRE MI SUMISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora