Brooke había tenido una vida relativamente normal durante toda su vida, a pesar de que no se llevaba especialmente bien con madre. No fue hasta ese verano que toda su vida se empezó a venir abajo.
Lo que empezó como una pequeña aventura con un grup...
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A la mañana siguiente, Brooke estaba sola en casa, su madre había viajado a Charleston para unos negocios.
Estaba tomando una taza de café cuando su teléfono comienza a vibrar sobre la mesa.
Número desconocido.
— ¿Si?
— Brooke.
— ¿Qué mierda quieres? — ella deja escapar un largo suspiro apoyada en la encimera.
— ¿Puedo ir a tu casa?
— ¿Me dispararás? — pregunta sarcástica.
— Claro que no, Brooklyn. — gruñe él. — Tenemos que hablar.
Brooke aprieta sus labios sabiendo que no debería aceptar.
— Tienes 2 minutos o no te abriré.
— Estoy en la puerta.
¿Por qué no le sorprendía?
Brooke bloquea su teléfono y camina hasta la puerta para abrirla.
— Hola.
— ¿Qué quieres?
— No seas así, por favor, Brooke.
— Mataste a alguien, Rafe. — responde ella en el marco de la puerta.
El rubio iba a decir algo pero se contiene. — ¿Puedo pasar?
Brooke vuelve a suspirar y se aparta de la entrada.
— Gracias. — dice Rafe, entrando a la casa.
Ambos caminan hasta llegar al salón y Brooke se cruza de brazos.
— Te vi ayer hablando con Nott. — dice Rafe yendo al grano, conociendo la poca paciencia de la chica.
— ¿Qué?
— ¿Te está molestando?
— No. — contesta Brooke. — ¿Eso era todo?
— ¿Puedes dejar de ser así por un momento? — pregunta Rafe pasando una mano por su pelo. — Por favor.
— Bien.
— Brooke, yo... — Rafe mira hacia todo su alrededor nervioso mientras su mandíbula se tensaba una y otra vez. — Yo aún te amo.
Brooke entreabre sus labios levemente sorprendida y deja caer sus brazos a ambos lados de su cuerpo. Su corazón comienza a latir más rápido que de costumbre y su estómago da un vuelco.
— Sé que me odias y que no quieres saber nada de mi, pero quería que supieras que yo todavía te sigo pensando, a todas horas. Siento que todo lo que hago es incorrecto porque tú no estás a mi lado...
— Rafe, detente. — Brooke da un paso adelante, más cerca de él mientras el chico la mira expectante. — Cada vez que estoy cerca tuya siento que estoy traicionando a John B o a Sarah. Pero no te odio. De hecho, odio no odiarte.
