Brooke había tenido una vida relativamente normal durante toda su vida, a pesar de que no se llevaba especialmente bien con madre. No fue hasta ese verano que toda su vida se empezó a venir abajo.
Lo que empezó como una pequeña aventura con un grup...
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Habían pasado cinco días desde la carrera, cinco días demasiado intensos. Los arqueólogos por fin habían explorado la cueva en la que se encontraba el Dorado y se había organizado una ceremonia de reconocimiento a los Pogues en la isla.
Después de que JJ apostó todo el oro que les quedaba, todos pensaban que lo habían perdido todo. Hasta que ese día, en la ceremonia, Wes Genrette les enseñó ese diario de navegación de Barba Negra.
— No quiero que vayas. — suelta Rafe desde el sofá.
Brooke se da la vuelta y lo mira con el ceño fruncido. — ¿Qué?
— Dijiste que las búsquedas de tesoros habían acabado, ¿y ahora te vas a la casa de un tío que no conoces?
— Voy con mi hermano y los chicos. — comenta ella restándole importancia. — Necesitamos el dinero.
— Nosotros tenemos dinero de sobra. — rebate el rubio levantándose de su sitio.
— Esto no se trata de nosotros. — dice Brooke. — Sino conseguimos el dinero, perderemos la tienda.
Rafe niega. — Me da igual, no necesitas esa tienda.
— Pero ellos sí.
— Me da igual, Brooke. — él respira pesadamente acercándose a ella. — ¡Es demasiado peligroso!
— ¡No va a pasar nada! — exclama Brooke.
— ¿No va a pasar nada? — repite Rafe con incredulidad. — ¿¡Sabes que pasó la última vez!? ¡Qué mi padre murió, joder!
Brooke aprieta los labios y cierra los ojos con pesar. Los primeros meses después de la muerte de Ward Cameron habían sido duros en casa, Rafe lo había pasado realmente mal y Brooke intentaba estar para él en todo momento, pero Rafe tenía un carácter difícil y eso había complicado las cosas.
...
Sólo había silencio.
Lo único que podía escucharse era el sonido del agua alrededor de la lancha.
Brooke miraba fijamente hacia un punto en el suelo mientras escuchaba a Rafe despidiéndose de las cenizas de su padre.
— Mi padre hizo de todo por nosotros, de todo. — dice Rafe mientras abría el tarro en el que se encontraban las cenizas de Ward. — Y lo encontraron al fondo de un barranco como si fuera basura.
Brooke aprieta los labios en una fina línea mientras Rafe lanza las cenizas al mar. Sabía que la muerte de su padre sería un bache difícil de superar para su novio y a pesar de los problemas del pasado con Ward, Brooke intentaría ayudarlo lo máximo posible.
