Brooke había tenido una vida relativamente normal durante toda su vida, a pesar de que no se llevaba especialmente bien con madre. No fue hasta ese verano que toda su vida se empezó a venir abajo.
Lo que empezó como una pequeña aventura con un grup...
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— Me llamó, me dijo que tenía hasta las 4. — Pope camina de un lado a otro en el porche de la casa. — Llegué justo a esa hora, pero él ya le apuntaba con la pistola y Terrance...
John B y Brooke habían conseguido que Pope saliera de su estado de shock para que pudiera explicarles lo que había sucedido.
— Pope, nada de esto es tu culpa. — asegura Brooke.
— He averiguado algo en el museo pirata, creo que he descifrado la traducción. — murmura Pope después de unos segundos de silencio. — En Charleston, Barba Negra descargó algo en la batería de la media luna.
— ¿Por qué en Charleston? — pregunta John B.
— No lo sé. — Pope niega. — Sean quienes sean tienen el amuleto, pero seguro que no la traducción.
Brooke se muerde el labio y mira hacia el frente pensativa. Pope iba a decir algo más, pero JJ sale del interior de la casa.
— Tenemos un problema gordo, Shoupe está aquí. — dice el rubio.
— Mierda.
Todos entran al salón y empiezan a dar vueltas pensando que hacer.
— Tenemos un cadáver en el salón. — dice Pope frenético. — ¿Qué vamos a hacer?
— Lo que hay que hacer es huir de aquí, ahora. — dice JJ.
— Hay que decir la verdad. — dice Kiara.
— ¿Estás loca, Kie? — JJ la mira incrédulo.
— ¡No hemos hecho nada malo, entró en nuestra casa! — exclama la de pelo rizado.
— Regla número, no te fíes de un policía. — JJ señala la puerta principal de la casa. — Y menos de ese.
— ¿Hay alguien en casa? — la voz de Shoupe llega a ellos.
— No tenemos tiempo. — dice Brooke nerviosa.
— John B, ¿tú qué dices? — pregunta Sarah.
— No hemos hecho nada malo. — vuelve a decir Kiara.
Los golpes en la puerta y los llamados de Shoupe no ayudaban a la situación. Ante la pregunta de Sarah, toda la atención había recaído en John B.
