Brooke había tenido una vida relativamente normal durante toda su vida, a pesar de que no se llevaba especialmente bien con madre. No fue hasta ese verano que toda su vida se empezó a venir abajo.
Lo que empezó como una pequeña aventura con un grup...
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— Cuando estaba en el suelo, John B lo seguía golpeando. — comenta Sarah mientras terminaba de vestirse.
— Nunca había visto así a John B. — resopla Brooke tumbada en su cama. — ¿Crees que van a arrestarlo?
Ambas estaban en la habitación de Brooke, donde habían dormido después de la desastrosa noche de ayer.
— No pueden arrestarlo, no ahora. — dice la rubia atándose la camisa. — Si lo encierran, no podrá ayudar a su padre.
— ¿Qué harás?
— Tengo que resolverlo. — dice Sarah. — ¿Puedes llevarme con Topper?
— ¿No crees que eso empeoraría las cosas? — pregunta Brooke incorporándose en su cama.
— No lo sé, no sé qué pasará conmigo y John B. — suspira la rubia. — Pero si sé que no puedo sentarme sin hacer nada mientras lo arrestan y su padre está secuestrado.
Sarah sale de la habitación mientras Brooke se levanta para agarrar las llaves de su auto y seguir a su amiga.
[...]
Después de dejar a su amiga con Topper, Brooke se dirige a la mansión Cameron, no sin antes prometerle a Sarah que la llamaría.
— ¿Rafe? — Brooke entra a la casa, observando su alrededor.
Sube a la habitación del rubio, encontrándolo vistiéndose.
— ¿Dónde vas? — pregunta ella.
— Tengo que resolver un asunto. — responde Rafe abrochando la correa de su pantalón.
— ¿Ahora me ocultas cosas? — pregunta Brooke cruzándose de brazos.
— No quiero que se lo digas a los Pogues. — ironiza el chico Cameron.
A pesar del tono bromista del rubio, a Brooke no le había hecho gracia.
— Vale. — Brooke aprieta sus labios y se hace a un lado de la puerta.
Rafe le da la espalda tomando algo del asiento para después hacer un movimiento extraño mientras se gira de nuevo hacia ella.
— Era broma. — asegura él, dejando un beso en la cabeza de la morena y saliendo de la habitación. — Nos vemos luego.
Pero Brooke seguía pensativa por el extraño comportamiento de su novio. Desde la ventana, observa al rubio acomodando algo reluciente en la parte trasera de su cinturón.
Brooke abre los ojos cuando ve que es un arma. Ella baja corriendo las escaleras intentando llegar hasta él. Pero cuando llega al exterior de la casa, Rafe ya estaba en su auto y alejándose.
— Mierda. — maldice Brooke antes de subir rápidamente a su auto para perseguir el coche de su novio.
No tenía ni idea de a donde se estaban dirigiendo, pero no permitiría que Rafe cometiera otra vez el mismo error que hace meses. El error que hizo que todo se fuera a la mierda, el error que los separó y los cambió para siempre.
Finalmente, había seguido al rubio hasta la orilla del pantano, donde había una pequeña casa de madera.
Cuando Brooke baja de su auto, puede ver como Rafe camina rápidamente por el muelle en dirección hacia la pequeña casa.
— ¡Rafe! — Brooke intenta detenerlo pero está demasiado lejos y él ya había entrado a la casa.
Brooke corre, siguiendo los pasos de Rafe hasta que llega a la puerta y escucha voces masculinas. Enseguida, reconoce la voz de su novio y la de Ward Cameron.
Y se temió lo peor.
Sin pensarlo, Brooke entra a la casa encontrándose con la escena de Rafe apuntando a su propio padre con la reluciente pistola.
Ward dirigió su vista a ella y una pequeña sonrisa apareció en su rostro.
— ¡Rafe! — ella observa incrédula la espalda del rubio, quien al escuchar su voz maldice en voz baja.
— Estás maldito, hijo. — Ward mira a su hijo. — ¿Vas a dispararme?
— No lo hagas. — Brooke se acerca cautelosa al chico y delicadamente posa una mano en su hombro.
El cuerpo de Rafe se tensa al notar el tacto de la chica. Él estaba sudando y su mano temblaba debido a la fuerza con la que sujetaba el arma.
— Adelante, Rafe. — vuelve a hablar su padre. — Veamos si realmente tienes el poder.
— ¡Callate! — exclama Brooke hacia Ward. Estaba demasiado nerviosa. — Rafe...
Rafe miraba fijamente a su padre, furioso. El disparo resonó por toda la casa a la vez que el grito de frustración del chico Cameron.
Brooke cerró los ojos a la vez que sus hombros se encogían, escuchando el fuerte estruendo. Cuando quiso darse cuenta, Rafe ya había salido de la casa.
— No entiendo como puedes seguir con él. — la voz de Ward llega a sus oídos haciéndola reaccionar.
— Tú no tienes derecho a decir eso. — asegura Brooke dándose cuenta de que su voz temblaba levemente. — No conoces ni la mitad a tu propio hijo.
Brooke sale de la casa buscando con la mirada al rubio. Por un momento, pensaba que ya se había ido, pero mientras avanzaba por el muelle podía divisar a Rafe apoyado sobre su auto con la cabeza entre las manos.
Brooke llega a su lado apoyándose junto a él en el auto. La chica entrelaza su brazo al de Rafe apoyando la cabeza sobre su hombro.
Después de unos minutos de silencio, Brooke decide hablar. — ¿Qué ha pasado?
— Me lo ha quitado. — responde él mirando al frente. — Ha pasado el negocio a nombre de Rose.
— No importa. — asegura ella. — No lo necesitas.
— Mi plan era estabilizarlo para cuando huyamos. — explica Rafe haciendo que una sonrisa nazca en el rostro de la chica Smith.
— Encontraremos otra forma. — Brooke lo tranquiliza. — Vámonos a casa.
Rafe asiente levemente suspirando, dejando escapar la tensión que acumulaba desde hacía rato.
