— Buenos días.
— Hola, linda. — dice Amanda, dejando un plato con tostadas sobre la mesa.
Amanda era una mujer de unos cincuenta años que Brooke había contratado para ayudarla en su casa. Porque ahora estaba sola. Ni JJ, ni su madre, ni Rafe. Sólo ella.
También se estaba haciendo cargo de los negocios de Elisa en la isla, así que no tenía tiempo de ponerse a limpiar o cocinar. Amanda era de mucha ayuda.
— ¿Sigues sin dormir? — pregunta de nuevo la mujer mayor, viendo las ojeras debajo de los ojos de la chica.
Brooke aprieta los labios y asiente mientras se servía un jugo de naranja y se sentaba en la mesa para desayunar.
— El médico me mandó unas pastillas, pero todavía no he podido ir a comprarlas. — responde ella.
— Puedo ir yo, Brooke. — le dice Amanda. La chica Smith sonríe cuando la mujer la llama por su nombre. Al principio, Amanda siempre la llamaba "señorita Smith", pero enseguida Brooke le dijo que simplemente la llamase por si nombre.
— ¿Harías eso? — pregunta Brooke con una genuina sonrisa.
— Por supuesto. — responde Amanda, llevando una mano al hombro de Brooke. — Déjame la receta y esta tarde iré a la farmacia.
— Muchas gracias, Amanda. — dice Brooke, dando un sorbo a su jugo de naranja. — ¿Ha llegado el correo?
— Si, está en el recibidor.
Brooke abre sus ojos mirando incrédula a la mujer antes de salir corriendo hacia la entrada de la casa. — ¡Deberías haberme avisado!
Ella abre la única carta que había a su nombre y comienza a leerla, deseando tener noticias de sus amigos.
— ¿Va todo bien? — pregunta Amanda cuando Brooke regresa a la cocina con su ceño totalmente fruncido.
— Es de mi madre. — informa Brooke sin saber cómo reaccionar.
— Oh. — la mujer se pone a limpiar la mesa, sin querer ser entrometida.
— Se ha enterado de lo de Sarah y los chicos. — explica ella, dejando escapar un suspiro. — Querrá que le cuente todo.
Lo cierto es que desde lo que pasó en el barco, Brooke había estado pagando a pescadores que navegaban diariamente para buscar algún rastro de los Pogues, aunque por el momento no había encontrado nada. Es como si se hubieran esfumado.
Brooke mira de reojo como Amanda hace una mueca mientras limpiaba.
— Quiero saber tu opinión.
La mujer levanta su mirada para mirarla sorprendida, pero enseguida niega. — No me incumbe.
— Por favor.
Amanda deja de limpiar y mira a la joven, quién la observaba con ojos casi suplicantes. Ella había sido testigo de lo mal que Brooke lo había pasado ese mes.
— Yo... Ha pasado un mes, Brooke. — le dice Amanda con cautela. — Sé que son tus amigos pero esto no te está haciendo bien a ti.
— Entonces, ¿crees que debería dejar de buscarlos? — pregunta Brooke con el ceño fruncido.
— Pienso que sería mejor para ti. — dice la mujer.
— No puedo. — niega Brooke. — No puedo volver a perder a mi hermano.
Amanda hace una mueca cuando ve los ojos cristalinos de Brooke y se acerca a ella. Brooke la mira y cuando la mujer mayor le da una sonrisa, la abraza.
Este mes se había sentido tan sola. Su única compañía había sido Amanda.
— Iré a mi habitación. — dice Brooke cuando se separan, quitándose las lágrimas de la cara.
Amanda asiente y Brooke sube las escaleras con rapidez antes de encerrarse en su habitación. Ahí, saca una botella de vino de la pequeña bodega que tenía en una esquina y se sirve una copa.
[...]
— ¡Brooke! — la mujer sonríe levemente abrazando a la chica.
— Hola, Anna. — dice ella, saludado a la señora Carrera. — ¿Cómo estáis?
El restaurante de los Carrera estaba bastante tranquilo, ya que era un día entre semana cualquiera, pero aún así nunca estaba completamente vacío.
— Bien, dentro de lo que cabe. — Anna acompaña a la chica a sentarse en una de las mesas. — Sigo rezando todas las noches por ellos.
Brooke nota como los ojos de la señora Carrera se cristalizan levemente al recodar la situación de su hija.
— Cariño. — Mike Carrera llega apoyando su mano en el hombro de su mujer de manera reconfortante. — Podemos cerrar un poco antes si quieres, no hay mucha gente.
— No, tranquilo. — Anna sonríe levemente a su marido antes de mirar a la chica Smith, tratando de cambiar de tema — Brooke, no sabía que tu madre había regresado a la isla.
Ella casi se atraganta con su propia saliva al escucharla. — ¿Cómo lo sabes?
— Bueno, la he visto hace unas horas con unas maletas. — explica la señora Carrera levemente confundida. — Tal vez no era ella.
— Oh, estoy segura de que era ella. — asegura Brooke sonriendo mientras apretaba sus labios en una fina línea de manera incómoda antes de levantarse de la mesa. — Lo siento mucho, pero tengo que irme, espero que todo mejore.
Sin más, Brooke sale rápidamente del restaurante, dejando confundidos a los señores Carrera por su repentina salida.
Brooke sube a su auto y conduce hasta entrar a las calles de Figure Eight. Cuando llega al jardín de su casa, ve un auto desconocido para ella aparcado a un lado de la casa.
— ¿Amanda? — pregunta Brooke entrando a la casa aunque sabiendo perfectamente que la jornada laboral de la mujer ya había acabado.
— Hola, Brooklyn.
Frente a ella, Elisa Smith con una sonrisa de oreja a oreja se acercaba a ella con los brazos preparados para envolverla en un abrazo.
Nota de la autora. 🪐
•Volvemlos fuerte amigos. Lo siento pero amo el drama...
•QUIERO SABER QUE OPINÁIS DE ESTE CAPÍTULO.
•No olviden votar para más capítulos.
¡TIKTOK!
xstsab
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𝘧𝘢𝘷𝘰𝘳𝘪𝘵𝘦 𝘤𝘳𝘪𝘮𝘦 ━━━ Rafe Cameron
FanfictionBrooke había tenido una vida relativamente normal durante toda su vida, a pesar de que no se llevaba especialmente bien con madre. No fue hasta ese verano que toda su vida se empezó a venir abajo. Lo que empezó como una pequeña aventura con un grup...