Brooke había tenido una vida relativamente normal durante toda su vida, a pesar de que no se llevaba especialmente bien con madre. No fue hasta ese verano que toda su vida se empezó a venir abajo.
Lo que empezó como una pequeña aventura con un grup...
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— Despierta, Brooklyn. — la recién nombrada siente unas manos moverla sin cuidado haciendo que abra los ojos.
— Mierda. — se queja ella con dolor de cabeza, incorporándose en el sofá del Chateau.
— Si, bueno. — JJ mueve su mano, restándole importancia a la resaca de su hermana. — Sarah está aquí.
Brooke lo mira confundida antes de seguirlo hasta el exterior de la casa, donde estaban los demás.
— Sarah. — Brooke se acerca a su amiga para abrazarla. — ¿Qué haces aquí?
— He venido por Pope. — dice la rubia. — He encontrado la sala de la isla.
Pope se levanta de su sitio mirándola curioso antes de todos seguir las instrucciones de Sarah. Suben a la camioneta de John B y se dirigen hacia Figure Eight.
— Chicos. — avisa Pope. — Aquí dice que dentro de la cruz está el manto del salvador.
— A ver si me aclaro. — habla Kiara. — ¿Dice que hay un manto sagrado dentro de la cruz?
— Si, dice que es un manto que puede curar a los enfermos.
— Eso explica por qué Limbrey quiere la cruz. — comenta Brooke ganando las miradas de todos. — Cree que ese manto puede curarla.
Cuando llegan a la casa de los Cameron, Sarah los dirige hasta una de las habitaciones.
Las paredes de la habitación estaban rasgadas, habían quitado el papel que las cubría dejando ver una especie de mapa.
— Es la sala de la isla.
— Hay que joderse.
— Es un mapa de toda la isla. — nombra Brooke sorprendida, mirando a su alrededor.
— Chicos. — dice Kiara. — Esta es la parcela nueve.
— Si esa es la parcela nueve...— dice John B señalando la pared. — Esto debe ser el rompiente de Meis.
Pope se acerca para comparar el dibujo de la pared con el dibujo del diario.
— Denmark es un genio. — comenta Pope sorprendido. — Él pintó toda esta sala.
— ¿Y qué intenta decirnos? — pregunta Brooke.
— Tendrá que ver con la llave, ¿no?
— ¿Cómo se te ocurrió destaparlo? — pregunta John B a Sarah refiriéndose a las paredes.
— No fui yo. — responde la rubia. — Ya estaba así cuando llegué.
— ¿Cómo?
— ¿Y quién fue?
— Los raros. — de repente, Wheeze aparece en la habitación asustando a todos.
— Mierda. — Brooke se lleva la mano a su pecho, jadeando. — ¿Quiénes son los raros, Wheeze?
— Esa mujer enferma y su perro. — responde la menor. — Vinieron anoche para hablar con Rafe.
— Seguro que fue Limbrey.
— ¿Y qué pasó? — pregunta John B.
— Primero registraron toda la casa y luego Rafe me dijo que me fuera a mi habitación pero quería saber que pasaba, así que los escuché por la rejilla. — dice Wheeze, explicando lo que pasó. — Después hablaron de una avestruz besando a un vikingo.
— Eso es un código. — dice JJ, chasqueando los dedos.
— La cruz. — interrumpe Pope. — ¿Dijeron algo de la Cruz de Santo Domingo?
— Si, eso es. — asiente la menor de los Cameron. — También hablaron mucho de ángeles.
— Chicos, las últimas palabras de Denmark. — habla Pope. — Enterró el tesoro en los pies del ángel, hay que encontrar el ángel en el mapa.
— A buscar.
Todos se pusieron a buscar el dibujo de un ángel. Pero Brooke se queda mirando fijamente el dibujo de un gran árbol.
— Chicos. — llama Brooke sonriendo. — Este árbol sigue en pie y, ¿sabéis como se llama?
— El roble del ángel. — responde JJ a su lado, señalando el dibujo. — Y justo ahí está la llave.
— Eso significa que la cruz está enterrada justo al pie del ángel.
[...]
— Esperad, he visto algo. — JJ hace que todos se detengan.
El rubio agarra una rama de árbol y golpea el agua.
— ¿Qué haces? — pregunta Brooke detrás de él.
— Me aseguro de que no es un caimán.
Los Pogues habían llegado al bosque en el que se encontraban tanto la antigua iglesia como el roble del ángel.
Todo estaba lleno de barro y agua debido a que la marea del mar estaba subiendo poco a poco. Los ruidos de máquinas hacen que detengan su caminata.
— ¿Seguro que es aquí? — la voz de Rafe llama la atención de Brooke y observa entre las plantas. — No veo una mierda.
— Está ahí. — asegura Limbrey. — El manto estará dentro de la cruz y la cruz debajo del árbol.
— Sea lo que sea, quiero mi parte de lo que encontremos. — responde el chico Cameron.
Entonces las máquinas parecen tocar algo debajo de toda la tierra.
— ¡Parad! — Limbrey se levanta rápidamente de su silla para acercarse al agujero. — Es más pequeña de lo que pensaba, parece un...
— Ataúd. — termina Rafe.
— Denmark la metió en un ataúd.
Los hombres sacan la caja de madera de la tierra y la abren. Todos ven perfectamente la decepción en el rostro de Limbrey.
— Es un cadáver.
— Lo siento, Carla.
— Nos hemos equivocado de sitio. — murmura Limbrey. — Volveremos a la sala de la isla.
Todas las máquinas se retiran a la vez que Rafe y Limbrey.
Cuando no hay nadie más ahí, Pope se acerca al ataúd abierto donde se encuentran los restos de un esqueleto.
— Es Cecilia Tanny. — comenta el chico Heyward. — La mujer de Denmark.
— El auténtico tesoro era su mujer. — murmura Kiara.
— A Denmark lo mataron por enterrar a su mujer. — se lamenta Pope. — Y ahora han profanado su tumba.
— Entonces enterremosla. — responde Brooke, sonriéndole levemente a su amigo.
