EVANGELINA
Era un día como todos los otros, me estaba preparando para salir a trabajar, después de aquel día, donde preferí masturbarme antes que llegar temprano al trabajo, al llegar me echaron, al parecer se habían dado cuenta también, que me masturbaba en las duchas y los vestidores de la empresa.
Le doy gracias al cielo de que eso pasó, pues ese trabajo ya me tenía aburrida y si no me echaban hubiera sido yo la que renunciara.
Si mi padre por lo menos me hubiera dejado conservar mis tarjetas, no estuviera pasando por esto.
¿Lo odio?
No.
¿Le temo?
Claramente si.
¿Me gusta fastidiarlo?
Eso también es un rotundo, si.
Duré unas cuantas semanas sin trabajo, me la pasé de bar y bar, tomando trago y cogiendo a todo el que se me pasara por al frente, mi madre siempre dice:
¨El alcohol, el cigarrillo y el sexo te van a terminar matando, pero sobre todo el sexo¨
Recuerdo que una noche un hombre en uno de los bares se me acercó.
-¿A que te dedicas? - Me preguntó
-A follar y a beber - Respondí.
No le mentía, pero lo que el hombre quería saber era en que trabajaba.
El hombre se alejó de mi rápidamente y las palabras de mi madre golpearon en mi pecho como un mazo. Ella sabía todo de mí, por mucho tiempo intentó no aceptar que su hija era una adicta al sexo, hasta intentó ayudarme a esconderlo de mi padre. Pero un día mi padre me encontró en la oficina de su mejor amigo y gran socio, arrodillada ante él, con su miembro mi boca, después de ahí todo se fue a la mierda.
¿Me arrepiento?
No. El hombre estaba como quería, y no pude resistirme.
¿Pueden culparme?
Bueno, no sabría como responder a esa pregunta, supongo que desde pequeña me ha gustado explorar mi sexualidad y comencé a una edad temprana, digamos que fui bastante precoz.
Mi padre se enteró que no solo me había acostado con su mejor amigo, si no con casi toda la empresa, me echó de la casa, me quitó todos los lujos a los que estaba acostumbrada y me dijo que hiciera como si no tuviera padre, aunque eso no fue nada nuevo para mí, él nunca estaba en casa, nunca pasó tiempo conmigo, no estuvo en las fechas que para mí eran especiales, nunca me dijo que me amaba, nunca le importé, así que sería fácil olvidarme de él.
Siempre me pregunté si alguna vez me quiso.
Dejé de hacerme esa pregunta hace muchos años, cuando entendí que solo bastaba con que yo me quisiera para seguir adelante.
Por más que mi madre intentó convencerlo para que no me dejara desamparada, el viejo no quiso dar su brazo a torcer, así que, salí a la vida a valerme por mi misma. Después de que me echaron de la fábrica, unos días después, mi madre vino a visitarme, hablamos de todo un poco y me ayudó a conseguir este nuevo trabajo.
Era en una empresa de un amigo que estudió con ella en la universidad, por fin comencé a desempeñarme en lo que había estudiado, mi madre antes de irse me dijo que procurara mantener mis vicios lejos de mi lugar de trabajo. Pero... creo que eso no fue posible.
¿Cómo le pides a un drogadicto que deje la droga? ¿Entienden que es un adicto? Necesita de su vicio como si fuera el oxigeno para seguir viviendo.
Además, que pienso que llevar una vida estresada, puede significar el fin de la diversión, la compañía de los amigos y lo que es peor del sexo, hay cosas de las que uno puede prescindir en la vida, pero estoy segura de que el sexo no es una de ellas.
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DIARIO DE UNA NINFOMANA (En edición)
RomanceEvangelina, es una mujer marcada por una sed insaciable, se adentra en un juego peligroso de encuentros y desencuentros. Cuando cree haber encontrado a su alma gemela en un hombre tan oscuro y apasionado como ella, se sumerge en una relación intensa...