DIARIO DE UNA NINFOMANA (En edición)

CAPITULO 40 DE PURA RABIA

AGUST

Me encontraba en un bar. Después de la dichosa recepción con el anuncio oficial del compromiso de Evangelina hizo que la ira se me fuera a niveles descomunales, verla al lado de ese imbécil me descontroló. Queria matarlo allí mismo. Cada vez que le ponía una mano encima queria cortársela.

Odio lo que esa ninfómana de mierda me hace sentir. Tuve que hacer acopio de todo mi autocontrol para no empotrarla en ese baño y comérmele el coño como me hubiera gustado. Verla rogarme porque me la follara, casi me hace caer.

Le di una lección, pero la polla me quedó doliendo porque no me descargué como queria, desde que decidí alejarme de ella, me he mantenido erecto, cierro los ojos y la veo, duermo y sueño con ella, me levanto cada mañana con una maldita erección que ni los mejores pajazos me han quitado – Me llevo un trago de wiskey a la boca – Ya no quiero saber de estos malditos sentimientos que tengo por ella, no sé ni cómo controlar mis emociones.

Me la paso borracho y si estoy solo es peor, acepte presentar a Millen como mi prometida solo por la satisfacción de verle la cara a Evangelina. Entregarle mis ilusiones a esa maldita fue el peor error de mi vida. Queria darle a alguien algo bueno, por primera vez en mi vida, algo que nunca he sabido cómo manejar, pero por ella queria intentarlo, tengo tantas cicatrices en mi alma. Pensé que ya había ganado la partida, pero me equivoqué.

Últimamente me la paso en los bares, de pura rabia invitando a un par de amigas, para que digan que estoy mejor sin ella, pero de pura rabia la olvido, a mí nadie me va a venir a joder, no pienso darle ese poder.

Ni piense que voy a sufrir por sus besos, no quiero volver a mirarla, me jode su recuerdo, pero estoy mejor así.

-¿Te vas a morir de amor? – La voz de Travix me trae de vuelta.

-Ya quisieras – Le digo.

-¿Te está doliendo que la belleza te haya dicho que eras uno más? – Su tono burlón hace que quiera partirle la cara.

-Ella es una más tambien en mi vida – Le digo despreocupado.

-Aja – Me mira divertido - ¿Para qué me querías ver?

-Queria tomarme un trago con mi mejor amigo ¿No puedo? – Le doy el ultimo sorbo a mi trago.

-¿No tienes algún otro amigo? – Rueda los ojos.

-No – Le contesto seco.

-Seamos sinceros, te jode lo que te dijo tú mujer – Lo veo pedir un trago.

-No es mi mujer – Ese sabor amargo pasa por mi boca, al decir esas palabras.

-Lo es... lo sigue siendo y siempre lo será. Ambos sabemos que no vas a permitir que otro hombre toque lo que ya proclamaste como tuyo – Se encoge de hombros.

-Entre soltarla y no soltarla... ese es mi maldito dilema – Le digo exasperado – Sabes que yo siempre elijo lo que nadie me aconseja, malas mujeres, mala vida, y mala fama.

-Sí, pero eres un asco de persona – Le da otro sorbo a su trago – Un maldito psicópata que se esconde ese disfraz de chico malo.

-Amigo la que es bandida nunca deja de serlo – Pensar que yo la iba a poder cambiar me amarga el rato - Hoy vuelvo al juego, vuelvo a ser el maldito mujeriego que siempre he sido y que nunca debí dejar de ser por una mujer que no vale la pena.

Pido otro trago y me lo bebo de un solo, me voy a dedicar al alcohol, voy a matar todas estas penas. Voy a emborracharme hasta borrar casette, con nadie conecto, nadie me interesa. Esto es lo que me jode, es como si la maldita me hubiera echado algún embrujo en la polla que solo quiere su coño.