CAPITULO 55 TU CONDENA

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AGUST

Después de un tiempo en carretera llegué a la bodega donde usualmente suelo divertirme. Ya había dado la orden de que me tuvieran al difunto listo para comenzar el divertido juego.

Las personas que creen que son malas y crueles, hasta que se encuentran con un demonio peor que ellos. En este caso, este maldito se encontró con alguien peor que él. Le haré desear la muerte.

Me bajo del auto, antes de entrar me fumo un cigarrillo, necesito despejar la mente para volver a lado de mi mujer, pero esta daga envenenada que tengo en el pecho, no me deja en paz.

Le fallé.

Le dije que la cuidaría y no lo hice.

Necesito sacar todo lo que siento, porque ya no tengo sangre si no veneno recorriendo mis venas.

-¡Jefe! – Uno de mis hombres se acerca con cautela – Todo está listo.

Asiento con la cabeza, trueno los músculos de mi cuello, termino mi cigarrillo y camino hacia el lugar.

-¿Se va a cambiar de ropa? – Me pregunta el tipo que camina a mi lado.

Vuelvo asentir con la cabeza, no pronuncio ni una sola palabra, siento que todo me asfixia, es como si tuviera un costal lleno de hierro en mis hombros, me siento ansioso, intranquilo y desesperado.

Lograron joderme.

Llego a mi oficina, me quito la ropa y tomo las prendas que yacen en mi escritorio. Un vaquero negro, jersey negra y botas de combates, enguanto mis manos y me dispongo a salir.

-Tráeme todos mis juguetes – Doy la orden mientras camino hacia donde yace el imbécil que creía que podía joderme y no iba a tener consecuencias.

Llego donde lo tiene amarrado de brazos extendidos y arrodillado. La ira me sube por todo el cuerpo, soy como un volcán que está a punto de hacer erupción. Tomo aire, debo calmarme, quiero disfrutar este momento, cada grito de dolor que salga de su asquerosa garganta será una bella melodía para mí.

-¡Buenas noches! – Le digo cuando me acerco.

-El famoso Devil – Me dice lleno de sangre.

-¿Me conoces? – Le pregunto.

Tomo una silla que tengo cerca y me coloco delante de él. Estoy manejando todo mi autocontrol, para no matarlo de una vez.

-¿Quién no conoce al famoso Demonio o Devil? El mejor peleador y el más sádico de las peleas clandestinas – Me dice con una sonrisa – Debo decir que eres guapo.

Ahora soy yo el que sonríe.

-¡Oh! Difunto, eso es algo que ya sé, soy todo lo mejor que tiene este mundo, nadie se puede comparar conmigo – Quiere decir algo, pero lo detengo – Y debo aclarar que me gustan los coños. Asi que, ahórrate los halagos hacia mí.

-¿Cómo está la perra? ¿Ya se murió? – Dice con arrogancia.

Empuño mis manos, sé que quiere provocarme para que acabe con él de una vez, pero, en esta ocasión me voy a tomar mi tiempo, le voy hacer arrepentirse de cada golpe, cada caricia y cada herida que le hizo a Evangelina.

-No. No ha muerte porque me tiene a mí, y yo no voy a dejar que eso pase – Le digo tranquilo.

-¿Ella lo sabe? – Me dice.

Tuerzo los labios, no sé a dónde quiere llegar, pero ya me estoy aburriendo y mis hombres aun no llegan con lo que pedí.

-¿Ella lo sabe? – Vuelve a preguntar.

DIARIO DE UNA NINFOMANA (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora