CAPITULO 33 ¿ES BROMA?

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AGUST

Iba camino a la casa de mi padre, no había parado de llamarme, insistiendo de que debía ir a verlo. Había dejado a Evangelina en la compañía de su padre, había logrado quitarle el mal genio como a ella le gustaba y eso me satisfacía a mí.

Siempre era lo mismo, cuando no me tomaba por sorpresa para que la follara, armaba una guerra campal, para hacerme perder los estribos y que terminara empotrándola en cualquier superficie para hacerla mía – Mia y solo mía – Eso siempre iba a ser así, solo yo podía tocarla, solo yo podía besarla, solo yo podía mirarla, solo yo podía follarla. Yo y solo yo.

Aquel que intentara hacerlo, no viviría para contarlo, así me tocara desaparecer a todos los malditos hombres de la tierra, ella iba a ser solo para mí. No iba a permitir que nadie me la arrebatara de mi lado.

Esa maniática ninfómana es solo mía,

Desde que estoy con ella, no siento deseo de estar con otra mujer, mi cabeza solo piensa en ella, mi cuerpo solo la reclama y la desea a ella, es como si me hubiera hechizado, un maldito embrujo para que mi polla solo quisiera estar dentro del coño de ella.

Maldita bruja.

Eso es lo que es, una maldita bruja, que, con su cuerpo, su voz, su coño y sus tetas me tenía adicto a ella. Era una maldita droga para mí, siempre queria más y más, nunca me cansaría de ella.

Llegue a la casa de mi padre, el gran portón se abrió y le dio paso a mi auto. Me bajé y caminé hasta el jardín.

Lo vi sentado con dos personas más – Me importaba una mierda quienes eran – Pero pude ver que era una chica y un señor.

Mientras más me acercaba, mi corazón iba latiendo – Me tenían que estar jodiendo, esto tenía que ser una maldita broma – Apreté mis puños.

-¡Buenos días! – Dije cuando me acerqué.

-Hijo llegaste.

-No, solo soy un holograma, el verdadero Agust no puedo venir me mandó a mí – Le dije a mi padre.

-¡Agust! No has cambiado nada – La chica se me lanzó encima y me dio un abrazo.

Yo me quedé petrificado – Esto me va a traer problemas con Evangelina. La loca me va a matar – No daba para moverme.

-Estas más grande y más hermoso – Dijo Millen dándome un beso en la comisura de los labios.

-Has crecido bastante – El padre de Millen me extendió la mano.

La tomé con escepticismo. Sentía que algo no iba bien, era una extraña sensación creciendo en mi pecho, no era normal verlos aquí. Se habían ido del país hace unos años. Millen fue mi primera novia, la desfloré cuando tenía 15 años. Ambos sabíamos que había sido un error, así que decidimos olvidarlo, pero tenía claro que ella no lo había tomado así, sabia de sus sentimientos hacia mí. Siempre decía que se casaría conmigo y a mi padre le encantaba la idea.

-¿Qué hacen aquí? – Pregunté tosco.

-Estamos hablando de negocios – Habló mi padre – Toma asiento hay algo que quiero comentarte.

-No tengo mucho tiempo, así que habla rápido – Le dije, tratando de salir rápido del lugar.

Por los cielos, me van a cortar la polla. Evangelina me va a dejar sin herederos donde sea lo que yo estoy pensando.

-¿Por qué tienes tanto afán? ¿No te da felicidad verme? – Me dijo la pelinegra aferrándose a mi brazo.

Me moví incomodo, la había querido, realmente me había gustado, y me gustó más ser el primer hombre en su vida, pero hasta ahí. Todo lo que pasó no dejaba de ser un error.

DIARIO DE UNA NINFOMANA (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora