CAPITULO 62 HACE CONMIGO LO QUE QUIERE

1.2K 73 5
                                    


EVANGELINA

Agust hace conmigo lo que se le antoja, y yo, como buena sumisa que soy ante él, disfruto con ello. Me encanta los divertidos e imaginativos juegos de sumisión a los que me somete.

Él se acerca a mí y contengo la respiración cuando levanta las manos para empujar mi cabello hacia atrás. observo con los ojos muy abiertos y medio paralizada, hace tanto tiempo que estoy deseando que estemos así, fueron días y largas noches, donde soñé volver a ser suya, a sentir sus manos sobre mi cuerpo, sus labios sobre los míos. Donde soñaba tenerlo dentro de mí.

Agust baja su mano por encima de mi camisa, presionando el material suavemente contra mi pecho. Llaga hasta mis pechos e inclina la cabeza hacia un lado. La presión del sujetador rozando mi pezón hace que se endurezca.

Jadeo cuando comienza a jugar con ellos, por encima de la ropa, hace círculos, los pellizca y masajea.

-¡Agust...! - Digo absorta en la deliciosa sensación que está causando con sus juegos previos.

-¿Si? - Me dice con esa voz aterciopelada y seductora.

-Fóllame - Le digo, desesperada por sentirlo dentro de mí.

Él sacude la cabeza, clava sus ojos en los míos, y a través de ellos puedo ver el deseo apoderándose de él.

-Todavía no, Eva - Me dice.

Extiende su mano y rodeando mi cintura, presiona mi espalda contra su pecho. El aire se me escapa de los pulmones.

-Quiero recorrer cada parte de tu cuerpo, grabar en mi cabeza cada curva, cada lunar, cada detalle de ti - Susurra bruscamente en mi oreja.

Un escalofrió recorre mi espalda, haciéndome temblar. Su aliento golpea mi cuello, ese exquisito aroma a perfume inunda mi nariz. Sin permiso, su mano libre levanta mi camisa y luego su cálida mano se posa en mi estómago. Mi corazón se acelera cuando su mano comienza a subir por mi caja torácica hasta llegar a mi sujetador.

-¡Agust...! - Al parecer es lo único que mi boca puede expulsar en estos momentos.

Me siento presa del deseo, del placer que Agust con sus leves toques me está brindando.

-Se te olvido hablar Evangelina - Susurra en mi oído. Echo atrás mi trasero y puedo sentir la enorme erección - Estoy seguro que si llevo mi mano a tu centro ya estarás como un parque acuático por mí.

Trago saliva, mis muslos se tensan ante las palabras tan burdas que ha dicho. Desliza su mano por debajo de la tela y sube por mis sensibles pechos. Apoyo mi cabeza en su pecho, un gemido se me escapa de mis labios entumecidos. Los lamo por si acaso estoy babeando. Agust es experto en saber cómo tocarme, sabe cómo me gusta que lo haga.

-Esto es mío - Dice mientras aprieta suavemente uno de mis pechos.

Su maldita posesividad me excita, me vuelve loca, porque voy admitir que me encanta cuando se apoderan mí.

-Agust... me... - No puedo formular una frase, sus toques me están llevando al borde.

-Shhh... - Su mano alrededor de mi cintura baja hasta mis pantalones. Sus dedos recorren suavemente la parte superior del material, haciendo que mi piel se erice - Voy a follarte tan duro, que no podrás caminar en semana, tendrás el recordatorio de quien es tu dueño y solo yo puedo estar entre tus piernas.

Mi cabeza da vueltas, la habitación se inclina. Mi corazón late tan fuerte que tengo miedo de que se salga de mi pecho, mi cuerpo está en llamas.

-Caminar está sobrevalorado - Le digo. Lo escucho sonreír por lo bajo - Y para mí nunca fue una opción.

DIARIO DE UNA NINFOMANA (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora