Capitulo 12 Propuesta

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AGUST 

Había pasado ya una semana desde aquel encuentro que tuve con Evangelina, y no sabía que me había hecho esta mujer, pero no lograba sacarla de mi cabeza, era como si hubiera llegado y se hubiera instalado en mi puta cabeza sin siquiera pagar arriendo por eso.

Cuando llegué aquel día a la casa de Francisco y la vi abrirme la puerta, algo se apoderó de mí, quería sacarla de allí lo más rápido y quería partirle cada hueso a el imbécil de Francisco por haberla tocado eran celos.  Los celos me estaban carcomiendo por dentro. Una tormenta se desató dentro de mí al verla. La ira era un mar embravecido que amenazaba con arrastrarme.

¡No, eso jamás! 

Esa maldita voz de mi cabeza, me hacía enloquecer. Detesto que toque lo que es mío, y esa mujer... es mía... cada maldita parte de su hermoso cuerpo me pertenece, cada gemido, cada orgasmo es mío, cada beso, cada caricia todo, todo me pertenecía a mí y mataría a cualquier imbécil que llegara a si quiera pensar en ella. 

-¡Hola hijo! - La voz de mi padre me sacó de mis turbios pensamientos. 

-Hola padre - Arrastré mis palabras. Odiaba a mi padre. Odiaba todo lo que él representaba en mi vida. 

Suspiré fastidiado. Otro día más soportando su presencia. Odio cada segundo que paso cerca de él. ¿Por qué no se muere ya? Pero sé que él también me teme. Se ve en sus ojos, en la forma en que evita mirarme. Después de lo que pasó, nunca volví a ser el mismo.

Mi padre tomó asiento al otro lado de la mesa.

- Me disculpo por llegar tarde, tenía un asunto pendiente que resolver - Me dijo con esa desagradable sonrisa. 

Rodeé mis ojos y los puse en blanco. Me fastidiaba respirar su mismo aire, pero no podía matarlo. No aun por lo menos. 

- ¿El asunto incluía a una hermosa joven? - Le dije, sin ganas. Tenia pleno conocimiento del gusto que tiene por las mujeres jóvenes, si es que se le puede llamar así. 

Mi padre dio un golpe en la mesa y soltó una carcajada, con los años se ha vuelto mas descarado. 

- Me conoces muy bien hijo - Le hizo seña al mesero para que nos trajera la orden - Sabes que tú padre aún puede con ellas. 

Tomé una bocanada de aire, quería borrarle esa maldita sonrisa. Mi padre era uno de los hombres más ricos de la ciudad y era un maldito pedófilo, le gustaba acostarse con niñas de 15 y 16 años, recuerdo que dejé de llevar novias a mi casa porque mi padre siempre quería follárselas. Así que por esa misma razón me gustan las mujeres mayores, porque sé que él no tratará de quitármela. Toda mi vida había sido una constante competencia con él.

-El sábado hay una cena con mi mejor socio - Mis ojos se abrieron de golpe - Li, vendrá a casa. 

Una chispa se encendió en mi interior. Una sonrisa retorcida se dibujó en mis labios. He estado esperando este momento con ansia, como un depredador acechando a su presa. La imagen de ella, de mi pequeña estrella, me excitaba. No he dejado de saborearla en mi boca, de imaginarme todas las maneras en la que podré fastidiarla y meterme bajo su piel. 

Ahora, la veía como una mariposa atrapada en mi telaraña, esperando a ser consumida. La noche se perfilaba como una partida de ajedrez, y yo ya tenía todos los movimientos planeados.

- ¿Volvieron a ser socios? - Pregunte con curiosidad - Después de que te follaste a su hija cuando tenía 16 años ¿Te volvió a hablar? 

Mi padre soltó otra carcajada. Realmente decir eso me dejaba un desagradable sabor en la boca, y hacia que la ira se apoderara de mis sentidos. Mi padre también había tocado lo que es mío, también había codiciado algo que no estaba destinado para él. 

DIARIO DE UNA NINFOMANA (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora