Capítulo 11

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Confesiones parte 1

Hazel

Aterrizamos en el aeródromo de la central. La pista tiene un gran número de reclutas y las luces de la pista se apagan en cuanto apagamos el motor del avión.

Desactivo todo lo que activé al subirme y recojo mi mochila siguiendo a Alexander que no se molesta en parar.

Los agentes del equipo aéreo nos reciben con un saludo militar en cuanto bajamos la escalinata del avión militar y rápidamente se ponen a trabajar en el avión para guardarlo bajo el hangar de gran capacidad.

El Comandante ni siquiera los mira y sigue caminando en silencio y dando grandes zancadas. Es curioso como ni siquiera ha hablado desde que tocamos tierra ni tampoco me ha mirado de nuevo.

Le sigo hacia el almacén y entramos para dejar todo lo que llevamos en las mochilas y los equipos electrónicos que tomé prestados, ya se encargarán de tirarlos al punto de reciclaje porque están rotos.

Me acerco hacia la puerta para dirigirme a mi habitación, pero me giro antes de salir para dirigirme al Comandante.

一Buenas noches, mi Comandante.

一Buenas noches, teniente 一gruñe sin mirarme y ruedo los ojos con fastidio.

Pues esas tenemos.

Abandono el almacén y voy hacia la residencia. Los pasillos están vacíos, mis pisadas se oyen con eco y siento un escalofrío cada vez que miro a los pasillos sin luz.

Genial, ahora resulta que te da miedo la oscuridad, Hazel.

Llego al sector en el que se encuentran las habitaciones de los tenientes y sigo el pasillo sintiéndome entumecida.

Vale que me quitaron la mugre en la enfermería de la base militar canadiense, pero me siento repugnante. Supongo que debo llevar el pelo demasiado sucio. No entiendo como se le pudo levantar al Comandante.

Dos brazos me envuelven por detrás y el chillido de emoción me revienta los oídos.

一¡Nos tenías asustados a todos, Hazel!

一Lo siento.

Me abrazo a Cass que tiene los ojos turbios por las lágrimas que está conteniendo y no me importa el dolor de mis músculos cuando me aprieta contra ella.

一¿Qué pasó?

一El Comandante y yo fuimos a una misión de rescate que se torció un poco...

一Estás llena de heridas 一me abre los brazos y pasea su mirada por las partes de mi cuerpo que puede ver.

Menos mal que no ve lo que hay debajo de la ropa, porque si no le da algo. Entre los golpes que me han provocado hematomas y los cortes que me tuvieron que curar, parezco un pincho moruno.

一Estoy bien, no te preocupes...

一¡Joder, Haz!

Vuelve a abrazarme acariciándome la espalda y echo la vista atrás recordando todo lo que pasó en Avalon.

Es ridículo que lo que más miedo me causó, fue la serpiente gigante que casi me devora. Esa piel negra y brillante, la mandíbula abierta casi desencajada... Un escalofrío recorre mi cuerpo y me separo de ella para que no sienta mi miedo.

一Voy a darme una ducha a mi habitación 一le digo y asiente comprendiendo一. Tengo que llamar a mis padres e intentaré ponerme en contacto con Zayn.

一Llámales cuanto antes, no paran de llamar aquí y sé que está todo el operativo preguntando por ti sin parar.

一Lo haré.

NIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora