Capítulo 13

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ELA

Hazel

Llevo nada más y nada menos que quince minutos en un atasco porque un camión ha volcado en la autovía, eso no es lo importante, lo importante es... ¿Por qué hay un maldito atasco a las seis de la mañana?

Doy gracias al cielo de que haya salido una hora antes de casa porque quería imprimir los malditos informes para el Comandante.

Miro a los coches que tengo delante, todos con las luces de los frenos activados, así que es obvio que no se mueve. Claro que no se mueve. La cola es kilométrica.

Doy un golpe al volante con impotencia y suspiro subiendo el volumen de la música haciéndome vibrar.

Diez minutos más tarde, por fin, la autovía se despeja y acelero desviándome hacia la central. Los agentes me saludan y me dejan pasar después de comprobar mi identidad. Como si no me conocieran perfectamente.

Dejo el coche en mi plaza y voy hacia mi habitación en la residencia. Si intento imprimir los informes, no llego a tiempo al entrenamiento, así que, nada...

Abro la puerta de mi habitación dejando las llaves del coche y cogiendo la PDA para tomar los apuntes en el entrenamiento. Me coloco el uniforme militar que no me puede parecer más horrible, y me cojo una coleta alta pasando una gorra sobre mi cabeza para que no me moleste el sol.

Son las siete menos diez y ya hay varios reclutas esperando en el campo de entrenamiento.

一Buenos días, mi teniente 一dicen y saludo de vuelta.

Espero paciente a que todos terminen de llegar charlando con los soldados. Todos ellos han dormido en la central, por lo que no han tenido ningún problema con el atasco.

一Buenos días, mi teniente 一escucho la voz de Israel y sonrío al verle.

Sus ojos no parecen tristes y me sonríe como siempre. Me alegra que no esté triste por mi rechazo porque es un buen chico que ya encontrará a una chica que le quiera.

一Buenos días, cabo.

Saludo a todos los que entran, siendo Malcom uno de ellos, que me saluda con timidez, pero al menos me mira a los ojos.

Les ordeno unos entrenamientos sencillos para abrir boca. Carrera simple, estiramientos y peso muerto con compañeros de complexión parecida. Me uno a ellos cuando les ordeno realizar el circuito y me lleno de barro en la segunda vuelta porque los soldados que cayeron lo han llenado todo. Voy a terminar odiando el barro.

En la décima vuelta, siento una mirada sobre mí y miro hacia el edificio principal que lo tenemos al lado, pero no veo a nadie. Sigo corriendo y, a la siguiente vuelta, ordeno parar y les pido que traigan armas de corto alcance.

Los agentes pasan las últimas dos horas realizando tiro a objetivos de no más de 50 metros. Quizás parezca una tontería, pero hay que entrenarlo a menudo.

A la hora de la comida, se retiran y yo hago lo mismo yendo hacia los dormitorios junto a Mary y Dana. Ambas son muy alegres.

一¿Alguna vez pensaste que el ejército no era para tí? 一me pregunta Mary.

一El ejército es lo que quiero, ¿crees que no es para tí?

一Lo es, pero mis padres no opinan lo mismo...

一¿Es importante su opinión para tí?

一Sí, pero me gusta mucho esto...

一Entonces no hagas caso, no podemos reprimirnos porque todos sabemos a lo que nos exponemos estando aquí, si tu corazón dice que este es tu sitio, es porque lo es.

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