NIX

Capítulo 67

Una familia oscura

Oliver Barone

La sorpresa de Hazel es mayúscula cuando me acerco a ella y le tiendo mi brazo. Su rostro gentil se difumina en un solo segundo, tan parecida a Anna. Rechaza mi gesto galante con educación y sale de mi despacho esperándome en la puerta.

No me pasa desapercibida la mirada de mis hombres.

La decisión que mi hijo tomó no la entendí en el momento. Jamás se me hubiese ocurrido crear un nuevo escuadrón en el ejército francés y, mucho menos, traer a la Guardia Sombría a este lugar. Son criminales bajo nuestra ala, criminales que lo perdieron todo a manos de la mafia y buscan venganza.

Acerté al cumplir su deseo, aunque no me esperaba que figurase la hija de mi buen amigo, Simon King, como capitana del nuevo escuadrón.

Acertó y debo aceptarlo.

Hazel King es capaz de cualquier cosa, lo he visto en el operativo de primera mano, no le ha importado saber lo que podía pasar, ni estar junto a varios proxenetas, solo se enfocó en lo que quería y actuó.

Me alegra saber que mi hijo tiene a alguien por quien luchar, aunque conociéndolo, no lo aceptará hasta que sea demasiado tarde.

Sus ojos inyectados en sangre, el temblor de su mentón y los movimientos frenéticos contra ella, intentando revivirla, me tomaron por sorpresa. No sabía como reaccionar porque solo lo había visto así cuando presenció lo que le hicieron a su madre...

Nunca debió haberlo hecho, pero siempre fue incorregible e impredecible.

Culpa mía por no haber estado cuando debería, por haber hecho sufrir a su madre y haber provocado que mis problemas cayeran sobre ambos sin impedirlo...

No me extraña que me odie, aunque siempre esperaré que me perdone. Cometí un error imperdonable que no me he perdonado ni yo, por eso no lo volveré a cometer. Mi hijo es lo más importante para mí, aunque él no quiera verlo.

Cierro las puertas a mi salida y los soldados de mi guardia personal se levantan de los asientos a los lados, pero les ordeno que vuelvan a su posición.

一Vamos 一le ordeno con un gesto de mano. Hazel empieza a caminar a mi lado y los soldados se posan firmes a nuestro paso.

Es curioso, pero que siempre vaya con el mentón en alto me impresiona, no se deja amilanar, aunque aún no la he visto mirar por encima del hombro a nadie. Es una chica decidida.

Mi mirada pasa por la puerta del despacho de mi hijo cuando llegamos al último escalón, pero está cerrada a cal y canto, no sé de qué me extraño...

一¿Sabes algo de Donosi? 一pregunto y el leve movimiento de su garganta me da a entender que no es algo de lo que le guste hablar.

一Todavía no se ha puesto en contacto conmigo, General.

Ella sabe que esa frase lleva un pero. Todos los verdugos terminan apareciendo y él no va a ser menos. Espero que esté preparada para ello.

He leído todo el informe, no sé si mi hijo lo hizo, pero que ese hombre esté suelto es un peligro para ella y, aún así, no se oculta, sigue con su vida como si nada hubiese pasado...

O es una demente, que tengo serias dudas de ello con todo lo que ha hecho, o no le importa nada.

一No es positividad, es confianza.

Me inclino por la segunda opción porque no quiero creer que esté loca. Aunque he de reconocer que lo está si ha decidido querer a mi hijo.

Por mi parte, quiero evitar que le ocurra algo, pero estoy en una situación complicada. No puedo actuar con ella diferente a cualquier otro soldado, mi estatus me lo impide. Decida lo que decida, estaré ahí por su familia y mi hijo.