Chantaje
Alexander
Voy doblado. Hacía tiempo que no bebía tanto, pero lo necesito para aliviar el malestar que me está carcomiendo el alma. La cabeza me arde y las ganas de vomitar se asoman, pero lo sofoco dando un trago a la botella de ginebra.
一¿Quieres tomar algo más? 一me pregunta la camarera cuando dejo la botella vacía.
Le señalo dos botellas de whisky, le dejo varios billetes en la barra y voy hacia el ascensor. Abro una de las botellas y me la empino de nuevo. He perdido la cuenta de las veces que lo he hecho, pero necesito ahogar toda la mierda que tengo dentro de mí ahora.
一Debería dejar de beber, señor Barone.
Tuerzo los ojos para dejar de verlo. Bastante tengo con los jodidos recuerdos como para tener a Adler de niñero. El guardaespaldas de Oliver se convierte en mi niñera particular siempre.
一Déjame tranquilo, solo quiero pasar el rato.
Quiero pasar el rato y dejar de recordar. Tengo en mi mente tantos recuerdos que me dañan que solo quiero embriagarme y acabar con ellos, aunque hoy por hoy, no soy capaz de hacerlo. Reviso mi teléfono contemplando la fotografía que guardo en él. La quemazón en mi pecho me desestabiliza y vuelvo a dar un trago largo que me prende la garganta en llamas.
Dañaré a todos esos hijos de puta.
Por ella.
Todo lo que hago es por ella.
Salgo del ascensor a trompicones. Adler pasa la tarjeta de la habitación por la puerta y lo agradezco con unas palabras que no parecen palabras. No creo que hubiese podido abrirla yo. La opción de quedarme bebiendo en el pasillo no es atractiva.
一¿Hazel King ha llegado ya al comando francés? 一pregunto irritado sacándome los zapatos.
Ella se ha convertido en la luz dentro de toda esta maldita noche que me envuelve desde hace años. Su mirada violácea que me corta la respiración, su sonrisa encantadora y persuasiva, su sentido del humor grácil y alegre... Es la única con la que me he atrevido a hablar de mi madre, la única que me saca una sonrisa involuntaria cuando de peor humor estoy. Justo como ahora...
一Sí, se encuentra allí.
Al menos sé que no le ha ocurrido nada. Envié a Iván hacia el hotel en el que se había quedado, pero no me encuentro en condiciones para llamarlo y pedirle un reporte. Quizás podría acudir a ella para que me abrace, que me haga olvidar esta maldita amargura que me atora el corazón de angustia y cólera.
Me siento en el sofá, sacándome el dobladillo de la camisa por encima del pantalón. La cabeza me da vueltas, pero sigo bebiendo.
一No debería beber tanto 一me dice, pero sigo sin hacerle caso.
Mi vida es una puta mierda desde hace años.
Necesito dejar de pensar y, desde luego, no necesito un puto niñero.
一¡Le están llamando, Barone!
Me giro hacia la mesita y veo la pantalla de mi teléfono encendida. El nombre de Oliver está en la pantalla y maldigo, dejándolo en el mismo sitio para volver a beber. Me desinhibo bebiéndome la mitad de la botella.
一Ha llamado dos veces en cinco minutos...
Me pasa el teléfono. No me he dado cuenta ni de que ha vuelto a llamar. Borro las llamadas, le hago un gesto a Adler para que se siente y deje de ser tan pesado. Solo quiero lamerme las putas heridas y no saber nada de quién se hace llamar padre.
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NIX
ActionCuando la ley descansa, la corrupción avanza. Hazel King, teniente del escuadrón diamante, debe volver a su puesto de trabajo junto a su hermano mayor. Las semanas alejada de la CAIF han hecho que nada sea igual. La corrupción baila a sus anchas. ...