NIX

Capítulo 66

Elección

Alexander

Mi teléfono vuelve a sonar y acepto la llamada al ver que es Iván. Le aparto los mechones a Hazel del rostro y me aparto, destruyendo las lágrimas silenciosas en mis mejillas.

一¿Ya vienes?

一Sí 一dice y oigo un pitido一, estaré en el hospital en una hora.

一Prepararé todo para irnos.

Beso la frente de la mujer que yace en la cama y salgo de la habitación para ir a la administración del hospital. Firmo todos los papeles que tengo que firmar desoyendo lo que dice el médico. Me la voy a llevar quiera o no.

Vuelvo a la habitación llamando a Dragó para que prepare todo en mi casa para su llegada y aviso a Tania de que va a pasar por allí pronto.

一¿Alexander? 一su voz apagada me hace voltear a verla一¿Dónde estoy?

Su mirada está confusa, pero violeta. Ha debido perder las lentillas en el mar. Acaricio sus mejillas entrelazando nuestros dedos sobre su regazo, hasta en una cama de hospital está hermosa.

一En el hospital, ahora iremos a casa.

Trata de decirme algo, pero tose y la ayudo a incorporarse para que no se atragante, colocándole bien las almohadas en la espalda.

一¿Qué ha pasado?

一¿No te acuerdas? 一niega y sonrío por su mirada confusa一 Tienes varios castigos que cumplir.

一El operativo...

Me importa una mierda el operativo.

一Has matado a Francis Baas, el piloto del helicóptero seguramente esté muerto, por eso el avión perdió la estabilidad y tú saltaste al mar.

Veo su cara y como va transformándose cuando empieza a recordar lo que ha ocurrido y lo que ha vivido.

一Me desperté en el aire y empecé a forcejear con Francis, recuerdo que tenía un arma... 一se toca la cabeza con dolor y deja caer la cabeza hacia atrás一 Disparé al piloto y Francis intentó estabilizar el helicóptero, pero salté al ver que era imposible...

一Que le den 一gruño y me acerco más a ella para que su atención vuelva a mí.

Está bien, el resto del mundo puede quemarse que me va a importar una mierda. Cierra los ojos de nuevo, el cansancio se acentúa en su rostro y maldice en voz baja con un susurro rasgado.

Hazel se acurruca contra el colchón, pero sigue sin soltarme la mano que descansa sobre ella. Acaricio su dorso con mi pulgar, vislumbrando el pequeño temblor en su cuerpo.

一¿Tienes frío?

一Un poco 一musita.

La chaqueta la tengo empapada, al igual que el resto de mi ropa. Me inclino sobre ella para exhalar en su cuello, su piel se calma y se acurruca contra mí con un ligero quejido de dolor.

一No te muevas, Hazel, debes descansar...

No se queja más, solo se queda ahí, a mi lado, sin apartarse y acariciando mi brazo con dedos tranquilos. Su respiración se hace cada vez más y más pesada, sus dedos se van debilitando lentamente hasta que cae de nuevo dormida en ese letargo oscuro que necesita.

Cuando recibo el mensaje de llegada de Iván, me incorporo agarrando mis cosas. Sube a planta, pasándome la bolsa con un pijama de algodón. Jadea cuando empiezo a desvestirla, Iván me ayuda lentamente, con la mirada desviada de su cuerpo y tenso.