Capítulo 14

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La subasta

Alexander

No sé qué cosa me ha hecho, pero no puedo dejar de admirarla. Su insinuante boca pintada de rosa, sus ojos que se dilatan cada vez que me mira...

Admirar a Hazel King es el peor de los vicios al que se puede enfrentar un hombre porque no puede dejar de hacerlo aunque quiera.

一¿Cómo está su padre, Comandante?

La pregunta de Rodrygo me pone de mal humor, pero más aún cuando tengo que apartar mis ojos de Hazel para contestar.

一Está ocupado 一digo secamente.

一He oído que estuvo en Canadá en una misión de rescate de ambos 一nos señala a Hazel y a mí y siento que me hierve la sangre.

Él no nos salvó de nada.

一La misión de rescate la cumplimos Hazel y yo 一espeto mordaz一, él solo llegó a cerciorarse de que las mujeres a las que rescatamos se encontraban en perfecto estado.

一¿No es cierto que se perdieron en el bosque?

一¿Tú qué dices, Hazel? 一veo como se sonroja al mirarme, pero se vuelve hacia el Comandante y sonríe.

一El Comandante Barone y yo lo teníamos todo bajo control, encontramos a las dos rehenes que buscábamos al cuarto día y matamos a quienes las habían capturado.

一¿No hubo ningún problema?

一Solamente se debieron asustar porque los dispositivos se mojaron por la intensa lluvia y además el bosque era muy frondoso, los dispositivos de rastreo dejaron de funcionar, pero siempre lo tuvimos todo bajo control...

Posee tanta tranquilidad a la hora de hablar que hasta a mí me convencería de que lo teníamos todo bajo control, aunque sea mentira.

一¿Quieren seguir cotilleando sobre asuntos que son estúpidos o se centrarán en temas más importantes? 一pregunto provocando que el Comandante aparte la mirada avergonzado一 Ambos cumplimos la misión con éxito 一recalco一, no deberían dar juego a rumores sin fundamento.

一No quería ofenderle, Comandante.

一No me ofende porque sé lo que hago y cómo lo hago 一contesto一, lo que me molesta es que mientras yo estoy jugándome la cabeza intentando hacer del mundo un lugar mejor, haya Comandantes que disfruten más hablando del resto.

一Yo no...

一Creo que sí quiero esa copa...

Hazel me sujeta del brazo y me saca del círculo que habíamos formado. Me lleva por la estancia esquivando gente hasta la barra desde la que se ve el mar.

一¿No dijiste que podías conseguirla tú misma? 一gruño con enojo, pero se ríe sin saber bien por qué.

一No creo que sea bueno para la central que se enzarce en una pelea, mi Comandante...

Levanta la mano llamando la atención del camarero y le pide un mojito.

一¿Qué quiere tomar?

一¿Por qué no me llamas por mi nombre?

Me distrae tanto que ya no recuerdo ni por qué estaba enfadado.

Tomo sus caderas y la atraigo hacia mí sin importarme que alguien pueda vernos, la siento en la pierna que queda apoyada en el taburete y la giro para que me vea directamente.

Sus ojos se dilatan de nuevo y trago saliva al ver como muerde su labio de una forma que me provoca una erección instantánea.

一Aquí tiene 一el camarero deja la bebida delante de nosotros y se me queda mirando一, ¿quiere que le ponga algo?

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