Capítulo 58

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Despedida

Hazel

La tormenta se ha adelantado al otoño y ha dejado la ciudad cubierta de una fina capa de agua que hace el día frío y húmedo.

Me ajusto las solapas de la chaqueta de traje roja que cubre mi top de encaje blanco planchándolo por séptima vez como mínimo.

Me echo un poco de agua en la cara y retoco mi maquillaje para que quede perfecto. La vista que me devuelve el espejo es el de una mujer imponente, pero tengo el ánimo por los suelos desde que me he despertado. Los nervios los tengo a flor de piel y que mis padres estén fuera y vayan a entrar a la sala no me ayuda a calmarme.

22 de septiembre. Cinco de la tarde. Lo recordaré siempre como uno de los peores días de mi vida.

<<Puedo meter a mi hermano en la cárcel para siempre...>>

Respiro hondo intentando acallar mi mente y volver a ser un agente especial del ejército francés, no la hermana de Zayn King.

Cuento hasta tres y salgo del baño del juzgado asintiendo a los escoltas que el Comandante ha decidido colocarme, entre ellos Iván Rashard.

Como si no pudiese defenderme yo solita.

Acaricio el arma a mi espalda como si me estuviese ajustando el cinturón y acaricio mi cartera, mi teléfono y mis auriculares en los dos bolsillos del pantalón.

一¿Todo bien, Hazel? 一Iván me pasa una botella de agua y asiento dando un trago.

Si estuviera bien no me sentiría con la presión por las nubes y no tendría miedo de lo que voy a hacer porque es mi hermano. Dios mío, me va a dar algo, no quiero imaginar como tienen que estar mis padres ahí dentro viendo a su hijo ser juzgado.

Estoy atacada. No he pegado ojo, despertándome a cada hora con pesadillas que me impregnaban en sudor. ¿Por qué hacer lo correcto se siente tan mal? ¿Por qué ha tenido que hacernos esto y obligarme a hacer algo que no quiero hacer?

La liberada de tensión de la otra noche no me ha servido de nada. Tengo los nervios a flor de piel y siento el estómago rajado.

El bullicio en el juzgado me tiene extremadamente mal. Cuando he llegado, los periodistas han acudido a mí en tromba, pero entre Iván y los agentes han podido alejarme de ellos.

No estoy para hablar. Con que una de esas personas me hable mal de Zayn, soy capaz de hacer una locura. Lo noto en la forma en la que mi mano tiembla cada vez que oigo un mal comentario.

一No puedo volver atrás, no puedo volver al pasado 一musito para mí.

Me paseo de un lado a otro del pasillo bajo la mirada de los guardias, pero no soy capaz de quedarme quieta. Miro la hora, el juicio debe estar ya avanzado.

一¿Sabes a qué hora termina el juicio? 一le pregunto a Iván.

A pesar de lo que ocurrió, cuando se ha presentado esta mañana en mi casa, me ha recibido como siempre. Con una sonrisa de oreja a oreja.

一No lo sé.

一¿Vosotros? 一le pregunto a los guardias que deben pertenecer a la Guardia Sombría, pero niegan.

Me siento en los asientos negros sintiendo las ganas de vomitar. Los minutos pasan y pasan aumentando mi nivel de nervios.

Me levanto empezando a caminar de nuevo de un lado a otro. Me abotono la chaqueta de traje varias veces y la vuelvo a soltar sin saber qué hacer.

Necesito un cigarro.

Veo a la mujer de pelo negro que me ha explicado que entraría a testificar si los abogados que tenía lo ponían difícil y su cara me hace saber que tengo que entrar sí o sí.

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