Capítulo 65

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Eros

Hazel

Unos días después...

Las cornetas me despiertan y tengo que hacer un gran esfuerzo por no volver a echarme a dormir. He ordenado que los domingos sean festivos para los reclutas, prefiero que salgan el sábado por la noche para divertirse, pero si ocurre algo tendrán que estar aquí.

Parece que hace años que no salgo. En cuanto acabe todo esto, saldré con Cass y Cris de fiesta a quemar la ciudad. Necesito una dosis de fiesta y olvidar cosas que nadie entendería.

Despertarse todos los días con el miedo de que Andrea Donosi decida aparecer, te trastoca la cabeza. Despertarse todos los días sin tener noticias de él, te hace tensar el cuerpo para recibir el golpe que sabes que llegará en algún momento.

一No me siento nada bien...

Me acomodo en la cama de medio lado mirando por la pequeña ventana. Alcanzo mi teléfono viendo la hora, son las ocho de la mañana...

一¿Qué tal todo? ¿Cómo estás?一pregunto al teléfono.

Estoy tan inquieta que no sé qué hacer.

一Hola 一escuchar la voz triste de Kayla me pone mal.

Ojalá nada de lo que ha pasado hubiese ocurrido.

一¿Cómo estás, Kay?

一Bien, acabo de despertar...

Me quedo en silencio sin saber bien qué decir. Nunca antes me había pasado, no sé cómo actuar.

一¿Tú cómo estás, Haz?

一Bien, estoy bien.

一Me estás mintiendo, lo noto en tu tono de voz 一suspira.

Meto la cabeza bajo las sábanas aunque no me esté viendo, no le puedo decir lo que ocurre.

一Es solo que tengo un poco de estrés.

一Pinta o lee.

Lo haría si no sintiese mi cuerpo tan agarrotado que no creo poder dejar salir la fluidez.

一No, mejor cuéntame cómo va todo por allí.

Escucho la voz de su madre al otro lado de la línea, creo que está ocupada.

一Hablamos en otro momento, Kay, no te preocupes.

Cuelgo y lanzo el teléfono al otro lado de la cama. ¿Qué hago? Tengo el día libre, pero no tengo nada que hacer.

Me levanto y me visto con cualquier cosa. Me miro en el espejo, aunque no haya cuidado mi apariencia, me veo hermosa.

Desayuno en la base pendiente de que suene el maldito teléfono de la misión. Noto que alguien me mira y levanto la cabeza rastreando la cafetería, pero los pocos agentes que hay están en lo suyo.

Entre Donosi, el operativo contra la trata de blancas y el envenenamiento en la cárcel, y lo de que me estén investigando, estoy empezando a volverme paranoica. Cada vez hablo menos con la gente, he dejado de ir al gimnasio a entrenar y estoy siempre mirando a mi alrededor.

Lo de Donosi y el operativo es cuestión de tiempo. Lo de la investigación, también, no encontrarán nada porque lo oculto todo, pero...

Acabo el desayuno y me voy a mi despacho, solo me queda esperar porque no puedo hacer nada.

Llamo a Cris para saber si está bien, dice que me echa de menos y que ha dormido en la mansión Volkov. Me apena porque yo también la echo de menos, pero sé que en la mansión estará a salvo, Boris tiene escolta privada...

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