Nueva vida//Neteyam

Capítulo 1: Despertar.

El sonido de las cápsulas de mis compañeros al abrirse me despertó de mi largo sueño de 6 años. Abrí los ojos lentamente y observé como una gota de agua flotaba en el aire como por arte de magia. Fue ahí cuando supe que estaba en el espacio y que en dentro de 6 horas bajaría a Pandora.
Me dolía todo el cuerpo y apenas tenía sensibilidad en los brazos ni en los pies. Era como despertarse de una siesta en la que no sabes cuanto tiempo has estado durmiendo y al abrir los ojos estás todo sudada y sin saber quién eres o dónde estás.

Mi cápsula comenzó a abrirse como las demás, y un montón de luz blanca me cegó por completo. Estuve por unos segundos tumbada tratando de recordar como mover mis brazos, y cuando lo conseguí, salí lentamente del lugar mientras miraba a los lados sorprendida. Al hacerlo, me percaté de que la cápsula de Jaeb ya estaba abierta y me extrañé al ver que en su interior no estaba él.

- ¡Aquí arriba! - gritó la voz de un hombre. Miré hacia arriba con dificultad y lo que vi me dejó sin palabras. Era Jaeb, vestido con el "pijama" blanco que todos llevábamos, dando piruetas de un lado a otro mientras flotaba por la carencia de gravedad. Este había cambiado completamente y ahora, hasta tenía un poco de barba.

Ley'ha: - ¡¿Qué haces ahí?! - pregunté al ver como se chocaba con el techo y no paraba de girar.

Jaeb: - ¡No puedo parar de girar! ¡Samantha me empujó cuando salí de la cápsula y ahora no paro de chocarme con todo! - exclamó. - ¡Ayúdame! - pidió desesperado. Samantha era una de las dos chicas del grupo juvenil, y la odiaba con todo mi ser. Siempre que nos encontrábamos, ella y su hermana, Lisa, trataban de fastidiarnos y nos hacían la vida imposible. Ahora mismo, se encontraba al lado de su cápsula, mientras reía con su hermana. Se veía que la adolescencia no le había sentado nada bien, porque había pasado de ser de una de las más altas, a una enana con piernas gruesas y sarpullidos en la cara. Igual con su hermana gemela, que estaba exactamente igual que ella.

Di un pequeño salto hacia arriba, y comencé a flotar en su dirección. Para ser la primera vez que flotaba, se me estaba dando de fábula. Me acerqué a la parte dónde iba a chocarse y cuando vi que se acercaba, estiré mis manos y traté de frenarle.
En cierta parte funcionó, por que nos quedamos parados contra el techo, pero no salió como esperaba porque yo me estampé contra esta y me golpeé la espalda.

Ley'ha: - Ahhg. Me has partido la columna.....- me quejé mientras trataba de separarle de mí. Rápidamente, este se apartó y sonrió como tonto. Cuando sonreía así, significaba que iba a hacer algún tipo de broma con muy poca gracia.

Jaeb: - Pues yo no he sufrido nada, gracias a ti. - indicó. - Ley'ha....., si que te ha dado fuerte la adolescencia. - dijo sorprendido. - Te ha crecido el pecho un montón, pareciera que tienes 2 globos bajo el pijama. JAJAJAJAJA. - señaló a carcajadas.

Miré mi pecho avergonzada por su broma, y me di cuenta de que decía la verdad. Ahora mi pecho era mucho más grande que cuando me metí en la cápsula. Aunque no tanto como el de Samantha, que parecía que llevaba sandías debajo de la ropa.

Ley'ha: - ¡No seas guarro! - le grité. - ¡Pues que sepas que tú tienes un asqueroso bigotillo de mono neandertal! - exclamé mirando hacia otro lado. Este colocó sus dedos sobre el bigote y abrió los ojos sorprendido.

Jaeb: - ¡Vamos, ahora soy todo un hombre! - exclamó orgulloso. - ¿Crees que también tenga pelo en el pecho? - preguntó entusiasmado. Según nos dijeron en una reunión, al despertar habríamos madurado física y mentalmente. Pues creo que eso de mentalmente no fue bien con él, ya que seguía siendo igual de inmaduro que siempre solo que ahora tenía cuatro pelos más y una voz de hombre rarísima.

Ley'ha: - Que asco...., ¡Yo que sé! - exclamé asqueada al imaginarle con pelo en el pecho. La voz de Samantha llamándonos desde abajo, hizo que olvidásemos nuestra conversación y nos centrásemos en ella. Esta estaba cruzando los brazos y nos mirab con mala cara.