Nueva vida//Neteyam

Capítulo 57: Regla 1, a la basura.

Las ansias por la espera eran notorias entre los metkayina. Durante una semana y media, habían estado recolectando y adornando las playas por un único motivo. "El Habunga". Una festividad na'vi, en la que durante una noche, los jóvenes adolescentes podían permanecer despiertos hasta el anocher, bailando y festejando. El principal motivo de este día, era celebrar el amor y juventud que resurgía entre estos, y algunos, aprovechaban la oportunidad para conseguir pareja.

A pesar de que todo esto me sonase bastante familiar, no fue hasta que Tsireya nos lo aclaró, que no supimos el porqué de tanta emoción. Yo no estaba interesada en encontrar pareja, pero de todas formas, me entretenía ayudándoles y organizando de un lado para otro.

Rozando el tema de mi unión al clan como metkayina, al parecer, Ronal había pausado el proceso, hasta poder asegurarse de que mi recuperación había sido completada al máximo. Solo faltaba vincularme con su árbol sagrado, y ya sería considerada una de ellos. A Neteyam no parecía agradarle demasiado la idea, sin embargo, yo sentía cierta atracción a realizarlo. Como una llamada curiosa hacia lo que podrían ser respuestas sobre mi pasado.

Hablando de Neteyam, en el tema sobre la llamada se auxilio de su padre, no habíamos avanzado nada. Todas las noches, después de cenar, nos poníamos a investigar, pero cualquier rastro de localizaciones antiguas o señales, quedaban perdidas en el olvido. Solo conservábamos la grabación con sus palabras, que por culpa de la mala conexión, era casi in entendible.

Ao'nung: - ¿Me das agua? - preguntó, removiendo un cubo de pintura .- Está muy espesa todavía. - aclaró.

Seguí trabajando en la elaboración de mi pintura, y sin casi esforzarme, dirigí un pequeño chorrito hasta su cubo.

En estos días, había estado pasando más tiempo con los primogénitos metkayina, descubriendo así que no éramos tan diferentes como se podría pensar. Es más, teníamos manías parecidas, formas de hablar y un humor que solamente nosotros entendíamos.

Rápidamente, me contempló y con una pizca de ironía fingió hacerse el sorprendido.

Ao'nung: - Wow, sin duda digno de un Tsunami. - se burló. - Con eso no me da ni para hacer gárgaras. - bufó.

Alcé mi ceja simulando molestia, y con una amplia sonrisa, dirigí otro chorro de agua proveniente del  mar, directamente en su cara.

Ley'ha: - ¿Así mejor? - pregunté, entre risas.

Ao'nung: - Te vas a arrepentir por eso. - aseguró, mojando sus manos en pintura verde.

Haciéndome una idea de lo que estaba por hacer, dejé mi cubo a un lado, y comencé a retroceder lentamente.
Este sonrió hacia un lado y con una mirada vengativa, se abalanzó sobre mí, llenando mi ropa de pintura verde.

Tras contemplar espantada lo que quedaba de mi camiseta, le dirigí una mirada furiosa, y le hice a un lado molesta. De forma elegante, retiré mi prenda y la tiré sobre la arena, quedando solamente con un top negro, que cubría mi pecho.

Ley'ha: - Espero que esa pintura se quite. - dije, contemplándola.

Ao'nung: - Sí.., tu misma dijiste que- paró en seco, restregando sus frías manos sobre mi espalda. - no querías ensuciarla. - terminó la oración, contemplando mi cuerpo como un pintor orgulloso de su obra.

Lentamente, di la vuelta, hasta quedar de bruces contra él. Negué con la cabeza sin creer lo que me había hecho, y dejando salir mi vena vengativa, agarré mi cubo del suelo.