Capítulo 14: Secuestrada por un ikran.

168 19 4
                                    



Después de bajar a Jaeb del techo, este me lo agradeció casi por media hora, que fue el tiempo que Kiri y yo tardamos en recoger las verduras que íbamos a comer. Luego, todos bajamos a la primera planta y silenciosamente nos dirigimos a la cocina, donde comenzamos a preparar el almuerzo del día.

Era divertido cocinar con Kiri. Nos hacíamos bromas mutuamente y de vez en cuando nos salpicábamos salsa como broma. El único problema era que ella no podía hablar conmigo, para evitar ser descubierta.
Mientras tanto, Jaeb se encontraba vigilando el perímetro por si alguien aparecía. Si eso sucedía, él tenía la misión de avisarnos con gestos y yo escondería a Kiri bajo el fregadero. Había un hueco lo suficientemente grande como para que ella entrase y pudiera esconderse.

Cuando el horno emitió un sonido parecido a un timbre, supimos que la comida estaba lista. Anteriormente, Kiri había sugerido hacer las verduras en una fogata, pero le dije que eso era de na'vis y que ahora estábamos en una casa de humanos.
Protegí mis manos con unas manoplas, y abrí la puerta del horno. De este salió un montón de vapor y al verlo, Kiri dió un saltito hacia detrás asustada.
Subí mi pulgar para indicarle que todo estaba bien y saqué la bandeja con las verduras, para luego colocarla sobre la mesa. Agarré los platos, y uno a uno los llené de comida. Ella los colocó sobre la mesa y luego vino a por los vasos de agua, que igualmente ella colocó. Hicimos formas divertidas con las servilletas, pero finalmente ls colocamos bajo los cubiertos.

Como no me había olvidado de Kiri, aparté un plato de comida, un vaso de agua, una servilleta y un cuchillo y tenedor. Lo coloqué todo sobre una pequeña bandeja, y se la ofrecí a Kiri con una sonrisa culpable.
Me daba pena que comiera sola en mi habitación, pero aquí con nosotros no podía y esa era la única solución de que no la descubrieran.

Ella la cogió, también un poco apenada, y se fue sigilosamente hasta mi habitación. Al escuchar el sonido de la puerta cerrarse, tomé aire y busqué a Jaeb con la mirada. Este se estaba acercando a mí, mientras se relamía por la olor a comida.

Jaeb: - Oye..., ¿Por qué no vamos a tu habitación y comemos con ella? - me preguntó, mientras miraba el plato de comida con deseo.

Pensé que su idea de hacer compañía a Kiri era muy buena, pero si desaparecíamos de la cocina así como así, sería bastante sospechoso.

Ley'ha: - Me gustaría, ¿Pero no sería muy sospechoso que ambos nos fuéramos a comer a mi habitación sin dar explicaciones? - pregunté cruzándome de brazos.

Él pensó por unos segundos, y sonrió como si se le hubiera ocurrido algo de repente.

Jaeb: - No es sospechoso....,  si fingimos ser novios. - soltó sin más, a lo que yo arrugué mi nariz con asco y negué con la cabeza. - Piénsalo, así no querrán que les demos detalles de lo que vamos a hacer. - razonó.

Alcé las cejas y pensé en lo que decía. En cierta forma tenía razón, pero no podía imaginar a Jaeb como mi novio. Él era como mi hermano, y pensar así de él me resultaba asqueroso.
Por suerte, una idea apareció en mi mente de forma milagrosa.

Ley'ha: - ¿Y si decimos que tenemos que atender una llamada del señor Bons? - pregunté. - A ellos les da miedo hablar con él, y como es nuestro abuelo, no parecerá raro que quiera vernos a los dos. - expliqué.

Jaeb: - Para eso tenemos la sala de conferencias. - indicó.

No había escuchado ni visto esa sala en todo el tiempo que llevaba aquí, por lo que me extrañé bastante cuando habló de ella.

Ley'ha: - ¿Tenemos sala de conferencias? - pregunté, y él asintió con obviedad.

Jaeb: - Sí, es la puerta que hay al lado de la entrada. - indicó. - Yo pensaba que era el cuartillo de electricidad, pero no. Ya he ido durante estos días que me has estado ignorando, para ver películas solo. - añadió.

Nueva vida//NeteyamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora