Nueva vida//Neteyam

Capítulo 29: El trato.

LEY'HA

Cuando nuestras manos se rozaron, volví a sentir el mismo calambre aquella vez en el bosque. Solo que este, no había sido doloroso ni tampoco molesto. Más bien, se sintió como un cálido abrazo que cálidamente se transportó por mis venas y recorrió el cuerpo entro.
De repente, cualquier sentimiento negativo hacia él desapareció. Ahora, quería perdonarle por todo lo que en algún momento desde que llegué me hizo pasar. Todas sus bromas pesadas, insultos y amenazas recogidas, se marcharon como si de alguna forma, algo me hubiera echo algún tipo de limpieza interior.

Busqué a Neteyam con la mirada, para saber si él también lo había sentido y descubrí que este ya me estaba mirando.
Sus ojos amarillos, habían tomado un tono dorado brillante, y sus puntitos blancos habían comenzado a. Iluminarse también.
Ambos nos quedamos por unos segundos observándonos en silencio, sin separar nuestras manos. De alguna forma, pensé que ambos queríamos permanecer así un rato más.

Lentamente, percibí como él comenzaba a sonreír sin apartar sus ojos de los míos. Inconscientemente, y aún tratando de evitarlo, yo también le sonreí.
Era como si me hubiera perdido en una especie de laberinto en sus ojos, ya que no podía dejar de mirarlos. Si de mi hubiera dependido,me hubiera quedado en esta forma todo el día. Pero al igual que los malos momentos pasan y vienen otros buenos, este momento fue interrumpido por unos golpes en la puerta.

El hombre: - ¡Ey, chaval! - exclamó la voz del hombre con el que antes había hablado. - ¡¿La has encontrado?! - preguntó.

Instantáneamente, él y yo parpadeamos, volviendo a la realidad y nos separamos de golpe. Miré hacia un lado avergonzada, y este hizo lo mismo. Prácticamente, nos habíamos quedado más de 5 minutos observándonos como locos sin siquiera pestañear. Eso era bastante raro....

Neteyam: - Eh...,¡Sí, Max! - le respondió y volvió a observarme. - Ella está aquí.... - indicó todavía aturdido por lo sucedido.

Max: - ¡Genial! Entonces os dejo, que estoy lado. - dijo, y escuchamos sus pasos cada vez más lejanos a nosotros.

Analicé mi mano, en busca de alguna marca como aquella vez, pero no encontré nada. Acerqué la máscara a mi boca, y cogí todo el aire que pude, ya que sentí como si me faltase.
Neteyam, hizo lo mismo, y luego volvió a mirarme.

Neteyam: - Esto... ¿Tú lo has sen- le interrumpí.

Ley'ha: - Sí....- indiqué, aturdida, y volví a coger aire. - Tus ojos estaban....- él me interrumpió.

Neteyam: - ¿Brillando? - preguntó, adivinando mis palabras. - Los tuyos también, al igual que tus pecas...- indicó, y me sorprendí por que con él había pasado lo mismo.

Ley'ha: - Qué.... raro....- reconocí, y volví a coger aire.

Neteyam: - Sí..., ha sido como si.....- de repente, paró en seco y abrió sus ojos como platos. - Tu marca..., ¡¿Ya no está?! - preguntó atónito, mirando mi mejilla.

Fruncí el ceño confundida, y coloqué mi mano sobre el lugar donde este me había golpeado. Al tocarla, ya no sentí ningún tipo de dolor, y la temperatura del cachete, había disminuido.
Rápidamente, enfoqué mi cara en el reflejo de la máscara y observé como lo que él decía, era cierto.

Ley'ha: - No puede ser......., no me lo creo.....- dije impresionada.

Este rió asombrado, y con un dedo, tocó mi herida. Lo más sorprendente de esto, es que dejé que lo hiciera y no me aparté.