Capítulo 3: Un encuentro desagradable.

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Todo mi grupo y yo, nos habíamos colocado en una misma fila de asientos de la nave , y a nuestros lados, se encontraban los demás científicos que iban a desembarcar con nosotros. A mi lado, como no, estaba Jaeb pero esta vez no había tenido que pelearse contra nadie para poder sentarse ahí, sino que se sentó sin más. Quedaban menos de 10 minutos para aterrizar en lo que sería nuestro nuevo hogar por mucho tiempo.
¿Que si estaba nerviosa? Mucho, pero no por la nueva vida que me esperaba, sino por que me encontraba a más de 1000 metros de altura en una nave que al más mínimo fallo, caería en picado y nos estrellaría en una muerte segura.
Uno de los encargados de vigilar a los tripulantes en la nave, apareció en el pasillo y caminó a lo largo de el, a la vez que señalaba las máscaras de oxígeno.

Vigilante: - ¡Poneros los exoequipos, o lo que es lo mismo, las máscaras! - ordenó. - ¡Si no lo hacéis, perderéis el conocimiento en 20 segundos y en 4 minutos os moriréis! - exclamó. - Y espero que no muera nadie..., porque quedaría mal en mi expediente.- esto último lo dijo por lo bajini, así que solo unos pocos pudimos escucharlo.

Me coloqué mi mascara, respiré lentamente de ella hasta que me fui acostumbrando a su aire. De repente, un fuerte estruendo sonó, e instintivamente, agarré lo primero que pillé para sujetarme. Para mi desgracia, lo que agarré fue el brazo de Jaeb, el cual me miró con una risa burlona. Él sabía que las alturas me aterraban, y siempre aprovechaba la oportunidad para recordármelo. Ahora mismo, yo le había ofrecido esa oportunidad.

Jaeb: - Tranquila, que como sigas apretándome al final acabarás haciéndote caca encima. - indicó entre risas. Claro que yo no me lo tomé tanto a risas, y me solté rápidamente de él.

Ley'ha: - El que se va a hacer caca encima vas a ser tú cuando me veas apuntándote con el arco en la cabeza. - le amenacé. No lo decía enserio, jamás le haría daño a propósito. Pero quería asustarlo un poco para que se olvidase de lo sucedido.

Jaeb: - Vale, vale, no te enfades... Ya verás que ya mismo aterrizamos. - trató de calmarme. Y tenía razón, por que en ese mismo instante la puerta de salida se abrió, dejándonos ver la oscuridad de la noche. Resulta que ese estruendo que antes había escuchado, se trataba de la nave aterrizando en tierra, por lo que no tenía que haberme preocupado por nada.

Vigilante: - ¡Cinturones fuera, coger el equipo! - ordenó. Los tripulantes de la nave, desabrochamos nuestros cinturones y cogimos nuestras mochilas. De la mía, sobresalía mi arco y flechas, cosa que llamó la atención de muchos en el lugar. Pero no pensaba dejar mi arco en el otro planeta. Yo tenía un dicho; a dónde voy, va mi arco. Y si yo iba a otro planeta a 6 años de distancia, mi arco viajaría esos 6 y años y más, conmigo.

Jaeb: - ¿Ves? Te lo dije. - dijo, al ver que había acertado con su predicción. Rodeé mis ojos divertida, y esperé impaciente a poder bajar de la nave.

Vigilante: - ¡Ya!, ¡Corred hasta el centro de investigación y no os paréis a hablar con ninguno de los bichos azules! - exclamó.

Todos comenzamos a correr, y mientras bajaba por la trampilla, sus últimas dos palabras resonaron en mi cabeza. "Bichos azules".
- ¿Por qué los habría nombrado ahora? - fue lo que pensé. No tardé tiempo en descubrirlo, ya que justo al bajar a tierra, vi un montón de na'vi armados con arcos en dos filas, formando un pasillo para que pasásemos. La verdad, tuve que parpadear dos veces al contemplarlos. Eran tan altos como un elefante, y sus cuerpos estaban super bien musculados. Daban un poco de grima verlos desde tan cerca, mientras te observaban seriamente.
La tripulación entera nos adelantó a mi grupo y a mí, pero al darnos cuenta, aumentamos la velocidad de nuestro paso para no quedarnos solos entre tantos.......azulitos. Bueno, al menos eso fue lo que hicimos Jay, Lisa, Samanta y yo, porque cuando avancé un poco y me dio por mirar a mi lado, Jaeb ya no estaba.
Confundida, paré en seco y me giré para buscarle. Lo último que nos dijo el vigilante fue que no hablásemos con ningún na'vi, ¿no? Bueno pues parecía que Jaeb estaba dormido en esa parte de la frase, por que justo estaba hablando con uno de ellos. Este era súper alto como los demás, pero su pelo estaba recogido en una coleta, a excepción de dos mechones que le colgaban. Bueno mechones no, trenzas. Ya que su pelo estaba lleno de ellas.

Nueva vida//NeteyamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora