Capítulo 11: - Habla o muere.

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Kiri: - ¿Y esto qué es? - preguntó confundida, al ver mi cajón de la ropa interior. Cogió una de mis braguitas, y las colocó sobre su cabeza como si fuera un gorro. - Como adorno para el pelo queda bien. -indicó, y posó delante del espejo que había tras mi cama.

No pude evitar a reír al ver dicha escena, pero no fui mala y comprendí que era normal al no haber visto nunca unas antes.
Me acerqué a ella tratando de contener mi risa, y se las quité de la cabeza, para volver a doblarlas y meterlas en el cajón.

Ley'ha: - Eso son mis braguitas, y es lo que uso como ropa interior. - expliqué entre risas. Ella se sonrojó levemente y bajó la cabeza avergonzada.

Kiri llevaba en mi habitación 3 días. Estuve esos tres días acostándome muy tarde, ya que era la última en salir de las cápsulas porque debía de asegurarme de que Kiri se había dormido antes de poder hacerlo yo. También, siempre fui la primera del grupo en levantarse y correr hacia la cápsula de nuevo para levantarme antes que Kiri y así poder vigilarla en mi cuerpo de avatar.
Llevaba 3 días agotadores y había sido muy complicado mantenerla oculta, ya que todavía no era capaz de caminar por su cuenta. Siempre que tenía que ir al baño, yo la acompañaba y la sentaba en wc. Luego me daba la vuelta y dejaba que hiciera sus necesidades tranquila.
Al principio, se asustaba por casi todo lo que había en mi habitación. Recuerdo perfectamente que la primera vez que tiré de la cisterna, casi cayó al suelo del susto si no fuera porque la sostuve en el aire. Y otra experiencia que casi la mata del susto, fue cuando le pedí a Nana que reprodujera algo de música. Ella pensó que nos estaban atacando demonios invisibles que cantaban para distraernos. Por suerte, a las horas, acabó acostumbrándose y ahora adoraba a Nana tanto como yo.

Ella, me había contado que formaba parte de una familia numerosa, que probablemente estarían buscándola muy preocupados. Por lo que deseaba recuperarse cuanto antes, para poder reunirse con ellos y tranquilizarlos. Claro está, que hasta que no consiguiera andar adecuadamente, no podría volver con ellos.

Kiri: - No te rías de mí, es normal que me confunda. - se quejó. - Los humanos usáis demasiada ropa. Todavía no entiendo porqué os tapáis los pies con mini saquitos de tela. - confesó.

Ley'ha: - Eso que tu llamas mini saquitos de tela....- dije y señalé mis pies. - Son calcetines, y los usamos para calentar nuestros pies. - expliqué.

Ella miró mis calcetines de forma divertida, y agarró unos iguales de otro de los cajones de mi mesita de noche, para finamente ponérselos como yo.

Kiri: - Tiene sentido, pero entonces, ¿Para que os ponéis los zapatos si ya tenéis los calcetines? - preguntó, a la vez que movía los dedos de los pies.

Pensé en su pregunta por unos segundos, y sonreí al hallar una posible respuesta en mi mente.

Ley'ha: - Porque si no nos ponemos los zapatos, ensuciaríamos los calcetines. - expliqué con obviedad. Ella no pareció verlo tan claro, porque frunció el ceño extrañada, y luego estalló en risas. - ¿Qué tiene tanta gracia? - pregunté confundida.

Kiri: - Lo que me has dicho es absurdo. - dijo entre risas. - Vosotros los humanos, sois unos maniáticos de la limpieza y el orden. - indicó riendo.

La miré ofendida, y me senté en uno de los sillones que habían frente a la ventana.

Ley'ha: - Yo no soy maniática. - me quejé. - Solo es que vosotros los na'vis, seguro que sois unos desorganizados. - indiqué, y ella me miró ofendida. - ¿No se os ensucian los pies de tanto andar descalzos? - pregunté.

Kiri: - Lo primero, no somos desorganizados. Tenemos todo muy ordenado en cestas y sacos. - explicó. - Y segundo, sí, se nos ensucian los pies, pero nos lavamos porque no somos unos guarros. - añadió.

Nueva vida//NeteyamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora