Capítulo 22: Primera visión.

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                                                Neteyam

Jaeb: - ¿Qué? - preguntó extrañado ante mi petición.

Neteyam: - ¡Que te quites la camiseta, esa! - le repetí por segunda vez.

Tras haber mirado a mi alrededor unas cuantas veces, descubrí que lo único que tenía a mi alcance para bloquear su herida, era o la ropa de Ley'ha, o la camiseta de su hermano. Claramente, no iba a dejarla desnuda para que pensase mal de mí cuando despertase, así que opté por usar la camiseta de Jaeb.

Este me miró desconcertado por unos segundos, y después, se quitó la camiseta y me la ofreció.
La agarré con rapidez, y levanté ligeramente la cabeza de Ley'ha del suelo. Al hacerlo, esta comenzó a sangrar con más fuerza y Jaeb gritó asustado.

Jaeb: - ¡¡¡¿PERO POR QUÉ SALE TANTA SANGRE?!!! - preguntó, antes de desplomarse en el agua, y hundirse hacia el fondo.

Neteyam: - ¡Mierda! ¡¿Le da miedo la sangre?! - pregunté atónito, al ver como se había desmayado. - ¡Lo'ak, llévalo con Kiri y Tuk! - ordené.

En ese mismo instante en el que hablé, Jaeb resurgió del agua agitado, volviendo a recuperar la consciencia. Pero aunque pareciera una buena noticia en aquel momento, cuando este volvió a ver la sangre, gritó desesperadamente.

Jaeb: - ¡¡¡AAAAAAAAAAH, SE ESTÁ MURIÉNDOOOOO!!!- gritó, y volvió a desmayarse.

No hizo falta que volviera a pedirle a Lo'ak que se lo llevara, ya que él solito rodó los ojos y lo arrastró por a piscina hasta que los perdí de vista.
Volví ha centrarme en el problema con Ley'ha y rompí por la mitad la camiseta de su hermano. Lo más rápido que pude, até una de las mitades alrededor de su cabeza y después la recubrí con la otra parte para aplicar más presión sobre la herida.
Luego, tumbé su cuerpo sobre el escalón y acerqué mi oreja a su pecho. Su corazón estaba apunto de colapsar y sus latidos cada vez eran más lentos y pesados, pero para mi alivio, este seguía latiendo.
Sabía lo que debía hacer a continuación, por lo que tapé su nariz y elevé su barbilla. Seguido de esto, tomé aire hasta llenar mis pulmones y junté mi boca con la suya, para depositar todo el oxígeno en los suyos. Sus labios tenían una temperatura muy baja, alertándome de que algo iba mal.
Volví a coger aire agitado y estampé nuevamente mi boca contra la suya. Repetí la acción cuatro veces más, sin obtener ningún resultado positivo en ella.

Neteyam: - Vamos...- dije, y volví a proporcionarle aire. - ¡Por favor! - pedí desesperado, al ver que no se movía.

Coloqué mis dedos bajo su mandíbula, y busqué su vena carótida en el cuello. Mi intención, era la de tomarle el pulso, pero como después de unos segundos buscando no percibí señal alguna de sus latidos, velozmente volví a colocar mi oreja sobre su pecho.
Mi sangre se heló completamente al no notar ningún movimiento provenir de ella, dándome cuenta que su corazón había dejado de latir.

Neteyam: - No, no, no..... ¡Joder, No! - maldije.

Estiré los codos, coloqué mis hombros sobre las manos, y presioné con todas mis fuerzas dos pulgadas más abajo de su pecho. Presioné y aflojé su pecho 30 veces, para después volver a tapar su nariz y proporcionarle aire en la boca.

Si yo no hubiera actuado como un imbécil al arrastrarla de los pies, seguramente esto no hubiera sucedido. Le había arrebatado la vida simplemente porque su broma no me había caído bien. Esto era injusto, injusto para alguien con toda una vida por delante. Ella salvó a mi hermana de la muerte, y yo se lo agradecí matándola de un golpe.

Lentamente, sentí algo frío resbalar por mi mejilla y luego vi como una lágrima cayó sobre el cuerpo sin vida de Ley'ha.

-¿Estoy llorando? - pensé, mientras seguía presionando y aflojando su pecho.

Nueva vida//NeteyamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora