Capítulo 36: Eantaw.

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Conseguí que Neteyam no se marchara, con la intención de poder hablar del asunto con más claridad y con la esperanza de que él pudiera explicarme el porqué de este suceso.
Él se había sentado tras las piedras, mirando hacia el suelo tratando de procesar todo lo que había visto y parte de lo que le había contado. Este no paraba de suspirar, rascar su nuca con nerviosismo y echarme ojeadas disimuladas de vez en cuando. Luego solía abrir la boca para decir algo, pero sus palabras se veían ahogadas por otro suspiro y al final acababa de nuevo callado.

Yo, que cuando estoy nerviosa no puedo parar quieta, no dejaba de caminar de un lado a otro mientras jugueteaba con mis dedos.
Si tuviera que describir todo lo sucedido, sería incapaz de hacerlo usando términos científicos como normalmente hacía. Todo esto sobrepasaba mis límites de conocimiento tanto químicos como físicos. Esto era algo impensable y para nada creíble desde el ámbito científico.
Me aliviaba saber que él también lo había visto, asegurándome así de que no estaba loca ni era esquizofrénica.

Suspiré agitada por tanto silencio, y paré en seco justo delante de él.

Ley'ha: - ¿Piensas decirme algo? - pregunté harta de esperar respuestas.

Este alzó su cabeza hacia mí, dio otro suspiro y volvió a mirar hacia el suelo.

Neteyam: - Te diría algo si tuviera algo que decirte, pero como no es así... Es tontería que hable sin saber. - indicó frustrado.

Tragué saliva nerviosa y volví a juguetear con mis dedos.

Ley'ha: - ¿Cómo no vas a saber nada? - pregunté exaltada. - ¡Este es tu planeta, algo tendrás que saber! - exclamé frustrada.

Él negó con la cabeza y cerró los puños con fuerza.

Neteyam: - Mira, si me preguntas sobre el bosque, te responderé. Si dudas con la lengua, te ayudaré, pero esto....- paró de hablar. - ¡Esto es una maldita locura! - exclamó.

Ley'ha: - ¡Lo sé, ¿vale?! - dije, y me coloqué de cuclillas para poder hacer contacto visual con él. - Pero ahora mismo no me sirve nada que no sea una respuesta sólida sobre todo esto. - indiqué. - Oye, pensé que iba a morir ahogada, ¡y aun así estoy tratando de mantener la calma y hablar contigo! - exclamé. - ¿Podrías por favor poner de tu parte y pensar? - pregunté.

Ambos hicimos contacto visual y este volvió a suspirar. Asintió con la cabeza y agarró una de mis manos para comenzar a examinarla.

Neteyam: - Me habías dicho que no podías controlarlo, ¿no? - preguntó, cambiando de tema. - ¿Te sale solo? - preguntó.

Asentí con la cabeza y le ofrecí la otra mano también. Cuando esta rozó la suya, ambas se iluminaron como usualmente, pero esta vez, sentí cierta calma y control sobre mí.

Ley'ha: - ¿Crees que el brillo de nuestras manos tenga algo que ver? - pregunté.

Este entrelazó nuestros dedos y apretó el agarre para observar cómo la luz aumentaba. Yo hice lo mismo, y las manchas de nuestras manos se intensificaron.

Neteyam: - Estoy muy seguro de que sí. - indicó, soltando mi mano al instante.

Repentinamente, se incorporó de un salto y me ofreció la mano para que me levantase también.
Yo no la acepté, y me alcé sin su ayuda.

Pareció molestarse por mi acción, pero trató de ocultarlo y cambiar de tema.

Neteyam: - Bueno, tengo que devolver todo el alimento que "tú ikran mágico" ha robado, así que...- dijo, sin saber que más decir. - Me voy ya. - se despidió, y comenzó a echar frutas en cestas.

Nueva vida//NeteyamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora