Capítulo 37: Ritual de almas.

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Neteyam me propició un pequeño empujón para que entrase en la choza, pero yo resistí.
Resulta, que la tsahik del clan, era ni más ni menos que su abuela. No quería juzgar a nadie antes de conocerlo, pero esta señora tenía todas las de ganar a la persona más terrorífica que pudiera existir. No solo por ser la abuela del tío más seco y aburrido de todos, sino que en parte él mismo me lo había hecho ver así.
Antes de llegar, estuvo todo el camino diciéndome como comportarme una vez que estuviese frente a ella. Más de 30 normas podría haberme indicado y de una sola de ellas recordaba. Al menos no del todo, ya que como me parecían tan raras, lo lograba memorizarlas y hacerlas justo igual que él.
Que debía bajar la mirada cuando entrase, o que no podía jugar con mis dedos como normalmente hacía, porque eso me hacía ver vulnerable y débil ante ella, eran una de las muchas reglas que me había dicho que debía cumplir al estar con ella. Por no hablar de la más rara de todas, y es que debía llamarla Mu'at o como fuera que se llamase, más el nombre de "Tsahik del clan del bosque Omaticaya" y después, debía saludarla, diciendo "Oel ngati kameie".

Neteyam: - ¿Puedes entrar de una vez? - susurró molesto, y trató de empujarme de nuevo.

Aparté sus brazos de mi espalda, y retrocedí unos pasos de la choza.

Ley'ha: - Que me dejes, no quiero entra ahí. - dije, también susurrando.

Este suspiró y trató de empujarme de nuevo, pero yo le esquivé. Me dedicó una mirada furiosa y comenzó a ir tras de mí, a la vez que yo correteaba en círculos para no ser atrapada.

Neteyam: - ¡Deja de corretear como niña pequeña y compórtate! - susurró y trató de agarrarme.

Ley'ha: - ¡No!, no pienso entrar en la choza del terror con tu abuela malévola a la que no puedo mirar a los ojos. - susurré y seguí esquivándolo.

Él chasqueó su lengua e inclinó su cabeza hacia un lado, analizando mis movimientos. En una de las veces que traté de huir, este me agarró de un brazo y me atrajo hacia él con fuerza. Para no estamparnos, colocó una mano en mi cintura y frenó mi cuerpo justo en frente de él.

Me miró con cierto aire victorioso y una sonrisa de burla en sus labios, cuando de repente, una na'vi algo envejecida abrió la puerta de tela y paró en seco al vernos.
Esta, abrió los ojos y boca como platos, y lentamente, alzó sus cejas impresionada.

Mo'at: - Neteyam 'itan.., alu your-(Neteyam hijo.., esa es tu-) - no pudo acabar de hablar.

De golpe, Neteyam me soltó haciendo que cayera al suelo y negó con la cabeza bruscamente.

Neteyam: - Kehe lal sa'nok!, po lu nì'aw a...'eylan. (¡No abuela!, ella es solo una... amiga.) - exclamó, interrumpiéndola.

Esta, frunció el ceño con sospecha, mientras veía como me levantaba del suelo. Sacudí mi ropa molesta, y contemplé a ambos na'vi con curiosidad.
Para ser sincera, me esperaba a su abuela mucho más aterradora de lo que era, por lo que al verla bien, no sentí tantos nervios y me lancé a saludarla.

Avancé con la cabeza bien alta hasta ella, y cuando iba a ofrecerle mi mano como saludo formal, esta lo apartó asustada y sacó un cuchillo de la nada.
Neteyam, el cual me había estado contemplando, se acercó rápidamente a mí, e hizo que retrocediese tras de él.

Neteyam: -  Te dije que le saludases ¡formalmente! - susurró.

Ley'ha: - Eso he hecho, ¡la he saludado formalmente! - susurré yo también, mientras la observaba confundida.

Neteyam: - ¡Así no skawng, tenías que haberle dicho lo que te dije! - susurró, evitando mirarme.

Poco a poco, la abuela bajó el cuchillo y sonrió disimuladamente mientras nos observaba. Neteyam, que se percató de esto, suspiró y se hizo a un lado frustrado.

Nueva vida//NeteyamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora