Capítulo 17: ¿Y Kiri?

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Me gustaba el eclipse diario. Siempre que sucedía, iba a mi cuarto y apagaba las luces para poder ver como la flora de Pandora se iluminaba por la oscuridad. Lo que desconocía ya que siempre llevaba camisetas que cubrían mi cuerpo, era que que los na'vi y animales también adquirían brillo cuando no había luz. Para ser exacta, eran sus puntitos blancos los que se iluminaban como estrellas en un cielo oscuro.

Este dato, lo descubrí hoy. Cuando el eclipse empezó, y el cuerpo de Neteyam comenzó a brillar gracias a sus puntitos. También me fijé en que en mi mano izquierda, que era con la que le estaba callando, los puntitos blancos comenzaron a brillar.
No pude evitar mirar embelesada como poco a poco él comenzaba a iluminarse a medida que iba oscureciendo. Quedé tan hipnotizada por lo bello que se veía, que no me di cuenta de que mis compañeros se habían marchado hace ya un rato, y  que yo aún seguía callando a Neteyam mientras lo miraba asombrada.

Entré en razón cuando este apartó lentamente mi mano de su boca, y me miró a los ojos fijamente. De inmediato me hice a un lado, y separé mi cuerpo del suyo, que extrañamente estaba bastante pegado a él.

Ley'ha: - L-Lo siento. - me disculpé avergonzada. No quería que malpensase nada, ya que no estaba interesada en él lo más mínimo.

Él parpadeó dos veces y quitó la vista de mis ojos, para llevarla hacia abajo.

Neteyam: - Oye, ¿Qué le pasa a tu mano derecha? - preguntó extrañado.

Busqué mi mano con la mirada, y al verla, me asusté. En ella habían aparecido las mismas manchas de esta mañana causadas por el choque eléctrico que tuve al tocar accidentalmente a Neteyam, pero en vez de ser rojas, habían tomado un color azul platino que brillaba de forma excesiva.

Ley'ha: - ¿Pero qué......?- pregunté al ver mi mano, pero paré de hablar al fijarme en la de él. - ¡Tu mano! - grité y señalé su mano sorprendida.

En la suya también habían aparecido las mismas marcas de esta mañana, y ahora también estaban brillando como las mías.

Neteyam: - ¿Qué demonios me has echo? - preguntó mirando su mano.

Este sacudió la mano como si las manchas se tratasen de pintura, y al ver que no desaparecían, comenzó a frotarla a lo bruto contra su otra mano.
Corrí a detenerle, ya que si seguía así iba a ocasionarse una herida por fricción en la mano. Puede que me cayese mal, pero no era tan mala como para dejar que eso sucediera.
Agarré su mano con fuerza, y la aparté de la otra. Sin esperarlo, al hacer contacto su mano iluminada con la mía, estas comenzaron a brillar con más intensidad. Él apartó su mano de mí, y me miró extrañado.

Neteyam: - No me cojas de la mano. - ordenó molesto, y volvió a frotarse las manos.

Cuando nuestras manos se separaron, estas dejaron de brillar con tanta intensidad. Caí en la cuenta de que cuanto más cerca estuviéramos, más se iluminarían nuestras manos, y cuanto más lejos, menos brillarían.

Volví a coger su mano, y comprobé si mi hipótesis era correcta. Como había supuesto, estas brillaron con mucha más fuerza que cuando estaban separadas.

Neteyam: - Se iluminan cuando están cerca....- indicó, como si él hubiera sido el descubridor de dicho dato.

Ley'ha: - Eso mismo iba a decir yo. - anuncié orgullosa.

Él elevó sus cejas con sospecha, y luego separó nuestras manos de nuevo.

Neteyam: - ¿Qué me hiciste esta mañana? - preguntó, echándome la culpa de lo que estaba sucediendo.

Ley'ha: - Yo no te hice nada, lo mismo podría preguntarte yo a ti. - dije a la defensiva.

Este suspiró, y dirigió la mirada hacia otro lado.

Nueva vida//NeteyamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora