Capítulo 2: Reunión de iniciación.

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Miré la puerta con curiosidad, y me percaté de un brillante botón rojo que sobresalía de una esquina de la pared. No había ningún letrero que indicase que iba a abrir la puerta, solo estaba puesto ahí sin más. Por ello, me quedé quieta pensando en si pulsarlo o no. Quién sabe si tal vez se trataba de un botón que iba ha hacernos salir propulsados al espacio exterior, o tal vez si lo pulsaba, provocaría un fallo del sistema y se activaría un protocolo de autodestrucción. Como no sabía lo que ese botón era capaz de hacer, mejor no toqué nada.

Jaeb: - ¿A qué esperas? - preguntó confundido. - Pulsa ya el botón para que podamos pasar. - insistió.

Miré hacia los lados nerviosa, y contemplé como todos me miraban como si estuviera loca.

Ley'ha: - Pero no sabemos lo que va a hacer. - respondí. - ¿Y si se tratase de un botón de autodestrucción? No hay ningún letrero que diga que no lo es.... - indiqué.
Ahora sí que todos me miraron como loca, y hasta las gemelas, que solo servían para poner malas caras y gruñir, rieron por mi comentario.

Jaeb: - ¿Cómo va a ser un botón de autodestrucción? - preguntó retóricamente. - Si así fuera, no lo pondrían aquí al alcance de todos. De verdad, Ley'ha, a veces sobrepiensas demasiado todo. - añadió con una risita.

Acercó su mano hacia el botón, y finalmente lo pulsó sin preocupación alguna. Al momento, la puerta se abrió y dejó ver una pequeña sala con asientos para poder sentarse y una puerta al otro lado de la habitación. Justo cuando entramos, la puerta se cerró, dejando al descubierto una nota pegada en ella. En esta ponía: - Por favor, siéntense en los asientos para prevenir daños.

Miramos la nota confundidos, y al segundo comprendimos a lo que se refería. De repente, la gravedad volvió a hacer efecto en nuestros cuerpos, por lo que todos caímos al suelo torpemente. Algunos se desplomaron encima de otros, y en mi caso, yo caí justo encima de Jay. Este se quedó mirándome fijamente, hasta que rápidamente, yo me aparté de él y miré hacia otro lado.

Ley'ha: - Lo siento. - me disculpé sin mirarle.

Jay: - ¡Da igual! Estoy bien. - exclamó. - De todas formas no pesas nada.....- añadió con una sonrisa.

Le devolví la sonrisa sutilmente y me levanté del suelo, para justo observar una divertida escena. Lisa, había caído encima del cuerpo de Jaeb, aplastándolo por completo. Este había puesto cara de muerto y apenas podía mover las piernas.

Jaeb: - Oye, se que soy atractivo...., pero no eres mi tipo.- dijo sin venir a cuento. - Así que....¡¿Podrías quitar tu enorme cuerpo de arpía de encima de mí?!- exclamó, mientras movía los brazos de una forma divertida.

Lisa: - ¡¿A quién llamas tú arpía, greñudo?!- preguntó ofendida, a la vez que se levantaba. - ¡Que sepas que me levanto solo para dejar de respirar tu insoportable olor a vagabundo! - exclamó.

De un salto, Jaeb se levantó del suelo y se colocó justo delante de Lisa, de forma que parecía que iban a empezar una disputa. Así que como buena comandante que soy, me acerqué a ellos y los separé con mis brazos.

Ley'ha: - Ya basta, se supone que ahora somos compañeros. - indiqué. - Por lo que tenemos que aprender a respetarnos..... por muy mal que nos llevemos. - eso último lo dije casi susurrando.

Cuando Jaeb iba a abrir la boca para quejarse, la otra puerta se abrió sin previo aviso y nos abrió paso a una nueva sala, pero mucho más grande que la anterior. Esta, estaba llena de puertas y de gente merodeando de un lugar a otro.
Si no recordaba mal, a este lugar le llamaban el comunicador. Básicamente porque era el lugar donde desembocaban casi todos los pasillos, lo cual gracias a esta habitación, todos estaban comunicados.

Nueva vida//NeteyamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora