Capítulo 56: ¡Mayday!

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Ninguna calma es más placentera que la paz existente en el fuego de un hogar, las risas de un ser querido, o en mi caso, del movimiento uniforme de las olas, sobre un oscuro cielo adornado por la tenue luz de las estrellas y planetas flotantes.
La brisa húmeda, revolvía mi pelo y dejaba en mis fosas un adictivo olor salado.
Contemplando las ondas que creaba al mover los pies en el agua, traté de aclarar mis pensamientos.

Una chica, cuyo nombre era igual al mío y cuyo amigo se llamaba igual que mi hermano, vivía en el lugar del que supuestamente yo provenía. Su sonrisa, voz e incluso actitud, era parecida a la mía. Pero algo no cuadraba.
¿Por qué aparecía en mis visiones? ¿Qué trataba de decirme? ¿Porqué no la había podido ver entre los habitantes cuando llegué? ¿Era hija de los jefes? ¿Y por qué Neteyam la conocía?
Esta última pregunta me hacía abandonar la idea que en el hipotético caso de que hubiese reencarnado, ella fuese mi antiguo yo. Sino, hubiera sido imposible que el Neteyam de ahora la conociese.
Entonces, ¿si no era yo, quién demonios era esa na'vi?

Necesitaba volver a hablar con Mekala, la Tulkum. Era de urgencia contarle todo lo sucedido, porque esta vez, si pensaba creer cualquier cosa que dijera. Total, seguro tenía más sentido que lo mío.
Por otro lado, quedaba Neteyam.
¿Debía contarle mis razonamientos? Y por supuesto,¿preguntarle sobre aquella chica misteriosa sería buena idea?

Suspiré agotada, cerrando mis ojos con fuerza.

Ley'ha: - Santa Eywa...- me quejé, y rápidamente coloqué una mano sobre mi boca.

Viniendo de donde venía, pronunciar ese nombre me estaba terminantemente prohibido. Y más aún si era de esa forma, que en mi caso, fue una manera de pedir fuerzas a la deidad de mis supuestos enemigos.

- ¿Qué ha sido eso? - preguntó el individuo que había estado ocupando mis pensamientos.

Reí con poca gracia y masajeé mi frente con torpeza. Sentí la malla sobre la que estaba sentada curvarse, y seguido de esto, alguien se sentó a mi lado, rozando sus cálido brazo con el mío.

Ley'ha: - Después de tanto tiempo rodeada de na'vi.., con algo tenía que quedarme,¿no?- pregunté, volviendo a fijar la vista en el agua.

Neteyam: - Pues espero que no hayas entendido bien su significado. - confesó, concentrándose en los movimientos que realizaba con los pies.

Rápidamente fruncí el ceño y lo contemplé aturdida.

Ley'ha: - ¿La he insultado o algo así? - pregunté, algo alterada por el posible error.

Este dirigió su mirada hacia mí y sonrió con cierta dulzura, no tan común en él.

Neteyam: - No, tranquila. Pero esa expresión solemos usarla cuando algo nos sorprende o altera de cierta forma. - explicó. - Y por el tono en el que lo dijiste, espero que no te encuentres como en la segunda opción. - reconoció.

Sonreí algo cabizbaja y volví a mirar al agua. Era lo único que lograba relajarme y de algún modo, hacerme sentir a gusto y en casa.

Neteyam: - Ey, me parece muy mal que te hayas escapado. - indicó. - Jaeb aún sigue resistiendo a las curas de Kiri, y- un alarido desde dentro del mauri le interrumpió.

Ya era la sexta vez que chillaba de esa forma, desde que la chica, había comenzado a curarle. Allá donde le tocaba, gritaba y hacía pucheros por el escozor de sus mejunjes. A mí, por suerte, me había tocado como curandera, la tsahik del clan, solo que cuando estaba por terminar, tuvo que marcharse y me dejó a cargo de los Sully.
Esa fue mi oportunidad de abandonar el ruidoso lugar, y a pesar de seguir con heridas sin desinfectar, salí para desconectar.

Nueva vida//NeteyamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora