Nueva vida//Neteyam

Capítulo 52: Nuevo vestuario.

                        

                                                LEY'HA

    Contemplé las tres cestas llenas de telas un tanto harapientas para mi gusto, y luego traté de recibir alguna explicación al porqué de tener que estar aquí. Miré a Ronal confundida, y esta, señaló las cestas con las manos.

Ronal: - Puedes vestirte con lo que quieras. - indicó.

Alcé las cejas comprendiendo, y me acerqué a estas. Al coger una de las que antes pensaba que eran telas, me di cuenta de que se trataba de ropa, y en específico esta pieza, era un taparrabos metkayina.
Era de un tono amarillo, con tonos anaranjados por los bordes. De este, colgaban hilos, que parecían tratarse de algas o cuerdas para pescar.

Analizándolo con poca ilusión, agarré otra prenda de a cesta de al lado, y descubrí una parte de arriba. Era ni mas ni menos que un simple colgante, del que colgaban piedritas en forma de cascada. Miré mi peco y luego el colgante, para luego volver a mirar mi pecho. Ni de broma iba eso a taparlo. No es que tuvieran un tamaño colosal, pero tampoco eran tan inexistentes como para perderse entre unos hilachos verdes con piedras de menos de 4 milímetros.

Ronal: - ¿Qué ocurre? - preguntó, notando mi incomodidad.

Ley'ha: - ¡No, n-nada! - mentí nerviosa, tratando de disimular mi descontento. No quería parecer desagradecida. - Esto es..., perfecto para mí. Es super...super...- paré para buscar la palabra correcta que lo determinara. - ........super al descubierto. Me encanta, justo como yo soy. - mentí, exagerando una enorme sonrisa de satisfacción con lo que veía.

Esta, no pareció creérselo demasiado, pero tampoco me replicó nada. Solo se limitó. Sonreírme con amabilidad, y dirigirse hacia la puerta.

Ronal: - Bueno, pues vístete y cuando estés lista me avisas. - dijo. - Estaré por los alrededores si me necesitas. - indicó, y se marchó, dejándome sola.

Volví a mirar el colgante, y sentí como una especie de tic en mi ojo, hacía que este temblase como poseído. Tiré la dichosa prenda hacia un lado, y me tiré al suelo derrotada. Esto, era demasiado para mí. No lo fue cuando cuando casi muero en situaciones anteriores, pero ahora, el tener que casi desnudarme en frente de todos, ¡no podía dejarlo pasar!
Tumbé mi cuerpo por completo, y contemplé el techo pensativa. Luego, alcé mis manos, y las examiné extrañada.
Era raro, pero sentía que había un dedo que sobraba en estas. Moví mis dedos anulares y lentamente, los escondí tras sus respectivos dedos corazón. Si alejaba la mano un poco más de mi vista, parecía tener solo cuatro dedos y eso, me parecía normal. Presentía que así debería ser. Fue imposible no acordarme de las palabras de Mo'at, Mekala, y Ronal. Todas ellas me habían dejado claro que pertenecía a este planeta, que no era humana. Reconocerlo me mataba lentamente, pero la idea, no me desagradaba. Es más, me impulsaba a querer investigar más sobre las culturas na'vi y su deidad.
Por una vez, me sentía como en casa. Un sentimiento que nunca antes había podido determinar con exactitud.

Rápidamente, sacudí mi cabeza tratando de olvidar esos pensamientos y bajé las manos de golpe contra el suelo.

Ley'ha: - Pero que tonterías pienso....- me quejé.

- No creo que sean así. - me respondió una voz, tras la puerta. Era la de Neteyam, el cual parecía haber estado atento a lo que hacía.

Eché la mirada hacia donde provenía el sonido, y agradecí ver que este no había entrado, y por lo tanto, no había podido ver lo que había estado haciendo.

Ley'ha: - ¿Cómo? - pregunté.

Neteyam: - Lo que piensas.., no creo que sean tonterías. - repitió, con una voz agradable a mi oído.