El mercado era un lugar al que Hannibal acompañaba a su tía de vez en cuando. Hannibal disfrutaba elegir ingredientes que usaría para cocinar, y debían ser frescos y de alta calidad. Había decidido llevar a Will para que conociera el mercado, el niño estaba fascinado por la cantidad de cosas que había, pero al mismo tiempo se sentía un poco abrumado por la cantidad de gente.
Hannibal había estado un poco escéptico de llevar al niño al principio por su personalidad evasiva y por qué eran tan pequeño que temía perderlo, pero en ese viaje al mercado, también iba Chiyoh acompañando a Lady Murasaki asi que, aunque Hannibal se consideraba un gran cuidador, Chiyoh podría ayudarlo a evitar que Will se perdiera de vista.
Hannibal guiaba de la mano a Will mientras paseaban por los diversos puestos. Lady Murasaki y Chiyoh compraban en un puesto de verduras, y cuando se movieron al siguiente, Hannibal y Will las siguieron. El niño, emocionado, se soltó de su agarre y corrió con pies torpes hacia las mujeres para alcanzarlas más rápido. Hannibal sonrió y corrió tras él, disfrutando de la risa contagiosa de Will durante la persecución. Decidió disminuir su carrera para darle ventaja al pequeño, y una vez estuvieron junto a Lady Murasaki y Chiyoh, Will se detuvo y Hannibal lo agarró, levantándolo en el aire y provocando risitas que resonaron en todo el lugar.
La escena atrajo la atención de algunos comerciantes y compradores, quienes no pudieron evitar sonreír ante la dulce imagen de Hannibal jugando con el niño. Por el contrario, Chiyoh frunció el ceño extrañada, era raro ver a Hannibal mostrando su lado más amable y juguetón, pero con Will a su lado, parecía florecer una versión diferente de él.
—Qué niño tan bonito —dijo un hombre corpulento y rechoncho, el dueño del puesto de carne, al ver a Will—. ¿Es tu hijo, japonesa?
Hannibal miró al hombre con cautela. Sin querer que los grasosos ojos del hombre vieran al niño, Hannibal escondió a Will entre sus brazos.
Lady Murasaki fingió no escuchar al hombre y continuó haciendo sus compras en el puesto cercano.
—Lecty —susurró Will en su oído—. ¿Por qué ese hombre me está mirando?
Hannibal siguió la mirada de Will y se percató de la intensa mirada del carnicero clavada en ellos. Tan pronto como terminaron sus compras en el puesto, Hannibal lideró el camino hacia otra parte del mercado, sujetando aún más el cuerpo de Will contra el suyo.
—Me aprietas —murmuró Will intentando alejarlo.
Hannibal aflojó su agarre de inmediato.
—Lo siento.
Como si buscara una pequeña venganza, Will enredó sus manos en el cabello rubio de Hannibal y comenzó a despeinarlo. Una risita traviesa escapó de los labios de Will, mientras Hannibal intentaba mantener la compostura. Will finalmente regresó al suelo, dejando que Hannibal arreglara su cabello con gestos elegantes y cuidadosos, intentando reparar el pequeño caos que Will había creado con su gesto juguetón.
Después de comprar verduras frescas, Hannibal le pidió a Chiyoh que vigilara a Will por un momento mientras él iba a comprar algunos ingredientes necesarios para una comida sorpresa que tenía planeado preparar para el niño. Will estaba brincando y jugando solo, lo que le dio confianza para dejarlo bajo el cuidado de Chiyoh.
En su camino hacia otros puestos, Hannibal eligió con cuidado los ingredientes que necesitaba, siempre asegurándose de conseguir los mejores productos para sus creaciones culinarias. La perfección y precisión eran parte esencial de su arte culinario.
Cuando regresó al lugar acordado, no vio a Lady Murasaki ni a Will, pero sí a Chiyoh, cuya mirada preocupada llamó su atención.
—¿Dónde está Will? —preguntó Hannibal, ajustando la bolsa con sus compras en su hombro
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Promesa Eterna
FanfictionHannibal Lecter es un niño que perdió todo lo que le importaba a una corta edad. Mientras intenta reconstruir su vida y atormentado por los fantasmas del pasado, es cautivado por un curioso infante. Will Graham acaba de mudarse a Francia con su pad...