—Señor…
—No pudiste disparar, Graham. Esa es una realidad que no se puede cambiar.
Will bajó la mirada, apretando con su mano la sábana de hospital que cubría sus piernas. Sus nudillos se tornaron blancos por la fuerza del agarre.
Se había despertado el día anterior con Hannibal al lado de su cama, quien le explicó que había sufrido un accidente laboral.
El shock del incidente había bloqueado sus recuerdos, emergiendo sólo varias horas después en fragmentos dolorosos: la persecución, el momento cuando arrinconó al sospechoso, y la llegada de John a la escena. Le habían informado que tanto el sospechoso como su compañero habían muerto en el altercado. Will no pudo evitar sentirse horrible.
Durante el día, Will había recibido visitas de sus compañeros de trabajo. Todos le desearon una pronta recuperación, incluso su jefe se había tomado el tiempo de visitarlo. El hombre, parado junto a su cama con una postura rígida, le aconsejó descansar, asegurándole que hablarían y solucionarían todo una vez que saliera del hospital.
Sin embargo, Will fue insistente, casi exigente, queriendo saber de inmediato qué pasaría ahora. La incertidumbre lo devoraba por dentro, la ansiedad por conocer las consecuencias era insoportable. Su jefe cedió a sus demandas. Comenzó a hablar del destino de Will dentro de la policía, una conversación que se sintió como un juicio inminente.
El hombre suspiró, pasando una mano por su rostro en un intento de aliviar el estrés acumulado. Era evidente que él también estaba afectado por lo sucedido.
—No es tu culpa lo que pasó con John —dijo el hombre, desviando la mirada hacia la ventana—. Los dos tenían instrucciones claras de disparar, y ninguno obedeció. Cuando John informó la situación, se le dio la orden de retirarse y esperar a los refuerzos, pero decidió intervenir mientras hablabas con el sospechoso. Aunque tú no hubieras disparado, él debió hacerlo, ya que el sospechoso le apuntaba directamente a él. La muerte de John no es tu responsabilidad, Graham. Pero no poder detener al culpable cuando lo tenías frente a ti, eso sí lo es.
Will sintió que su corazón se encogía con esas palabras. La culpa y la tristeza se mezclaban en su pecho, formando un dolor casi físico.
—El sospechoso había bajado la pistola, se había rendido. No había razón para disparar y… —comenzó a decir Will.
—Tenían la orden de disparar porque era peligroso —interrumpió su jefe—. Quizá pudiste haberlo convencido de bajar el arma, pero cuando volvió a alzarla, era el momento para disparar definitivamente. ¡No hay segundas oportunidades una vez que se amenaza la vida de un policía!
El silencio que siguió fue denso y opresivo. Las palabras de su jefe resonaban en los oídos de Will, cada frase un recordatorio de lo que había sucedido, de lo que podría haber sido diferente. Sabía lo que venía ahora, las consecuencias que tendría que enfrentar, pero no quería aceptarlo.
—No podemos dejar que vuelvas a las calles cuando eres incapaz de ejercer tu deber —dijo, parecía que le costaba hablar, como si no quisiera decir eso—. Eres un excelente detective puedes seguir ayudando al departamento de Homicidios como investigador o perfilador, pero no como detective… Ni como policía.
—Señor, por favor… —imploró Will, su voz quebrándose mientras el pánico se apoderaba de él. Sentía que su mundo se derrumbaba, que todo por lo que había trabajado se desmoronaba
Su jefe apartó la mirada, incapaz de soportar la súplica en los ojos de Will. La decisión estaba tomada, pero eso no la hacía menos dolorosa para ambos.
—Lo siento, Will. No podemos tener gente que dude, que le tiemble la mano al disparar… Si inicias tu entrenamiento de nuevo, tal vez podemos considerar tu reingreso dentro de un par de meses, pero no por ahora —explicó su jefe con un tono que intentaba ser comprensivo—. Quería esperar a hablar contigo cuando te recuperaras, pero quisiste saber de inmediato las consecuencias… Lo siento, Graham. Cuando salgas, ve a la estación para poder hacer formal las cosas.
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Promesa Eterna
FanfictionHannibal Lecter es un niño que perdió todo lo que le importaba a una corta edad. Mientras intenta reconstruir su vida y atormentado por los fantasmas del pasado, es cautivado por un curioso infante. Will Graham acaba de mudarse a Francia con su pad...