Hannibal reaccionó de inmediato y cubrió la boca del hombre con su mano mientras con la otra le administraba una nueva dosis de somníferos. Apenas media hora antes, ya le había dado una dosis que debía mantenerlo inconsciente durante al menos dos horas, pero el hombre debía tener algún tipo de resistencia, ya que había despertado mucho antes de lo previsto.
Lo había arrastrado por el suelo de la sala, preparándose para llevarlo al sótano, cuando lo soltó por un momento. Fue un instante, pero suficiente para que el hombre, desesperado, intentara escapar. Soltó un grito de auxilio que rebotó en las paredes de la casa antes de ser brutalmente silenciado por Hannibal. No le preocupaban mucho los vecinos; parte de su casa estaba insonorizada. Pero dentro de esas paredes... Sabía que la situación era diferente. Y era demasiado tarde para corregir su error.
Hannibal supo que estaba en problemas cuando escuchó la puerta de la habitación principal abrirse de golpe. Dejó caer el cuerpo inerte al suelo y giró la cabeza hacia las escaleras. Allí estaba Will, visiblemente molesto, con el cabello revuelto y usando su ropa de dormir. Era evidente que lo había despertado, y considerando que eran las tres de la mañana, no era de extrañar que Will estuviera furioso.
—Estoy tratando de dormir, si vas a matar a alguien, hazlo en silencio —gruñó Will, cruzado de brazos
—Lo siento, amado.
Will había tenido una semana estresante. Apenas había logrado descansar debido a la presión constante de la universidad, las pesadillas aterradoras que lo acosaban cada noche, y el trabajo de medio tiempo, que mantenía a pesar de la instancia de Hannibal para que lo dejara, lo estaba dejando exhausto. Hannibal siempre le decía que no tenía por qué trabajar, que él se encargaría de todo, pero Will se negaba a renunciar.
Como si eso no fuera suficiente, Hannibal lo había despertado tres noches consecutivas. La noche anterior, había olvidado las llaves dentro de la casa y, sin más opción, tuvo que despertar a Will a las dos de la mañana para que le abriera la puerta. Y la vez anterior, había sido una nueva sierra para cortar carne que resultó ser mucho más ruidosa de lo que Hannibal había anticipado
Will no era una persona matutina; siempre estaba de mal humor cuando se despertaba, y menos aún toleraba ser despertado abruptamente en medio de la noche.
—Te lo advierto, Lecter. Si me despiertas otra vez habrá dos cadáveres esta noche —bufó Will, con los ojos entrecerrados por el cansancio, la poca paciencia que le quedaba se desvanecía. Luego, suspiró con resignación antes de preguntar—: ¿Quién es esta vez?
Con un gesto, Will apuntó al hombre ahora inconsciente en el piso
—El hombre que te coqueteó en el supermercado
—¡¿Es en serio?! Hannibal, ya lo habíamos hablado. No puedes ir matando a todo aquel que... —se interrumpió a sí mismo, llevándose una mano a la frente—. ¿Sabes qué? No tengo ganas de hacer esto, estoy muy cansado. Tú y yo vamos a tener una seria conversación sobre esto mañana.
—Sí, querido.
Pero Will no había terminado. Las noches anteriores, Hannibal había recibido solo advertencias, pero ahora sabía que el límite de la paciencia de Will había sido sobrepasado e iba a recibir un castigo.
—Dado que prefieres ir a cazar gente en vez de dormir conmigo, los perros serán mi única compañía esta noche.
Antes de que pudiera responder, Will se dio la vuelta y se fue, dejando a Hannibal en la penumbra de la sala con la víctima aún tendida a sus pies.
Sabía que era su propia culpa que Will lo hubiera echado de la cama, pero no pudo evitar sentirse enojado y triste, así que iba a canalizar su frustración en otra persona. Sin mediar más pensamiento, agarró a su víctima del cabello, y lo arrastró con brutalidad hasta el sótano.
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Promesa Eterna
FanfictionHannibal Lecter es un niño que perdió todo lo que le importaba a una corta edad. Mientras intenta reconstruir su vida y atormentado por los fantasmas del pasado, es cautivado por un curioso infante. Will Graham acaba de mudarse a Francia con su pad...