no me deseches [Vegaspete Adap.] [En Edición]

02:

•Engaño•

— Aquí está tu comida, mi amor, ten cuidado la leche, aún está un poco caliente — Le mencionó a su bebé, quien comenzó a aplaudir emocionado cuando vio sus panqueques con la deliciosa jalea Como a él le gustaba. Pete sonrió al verlo, sin duda Venice era lo único que lo mantenía firme para no caer en la depresión, la luz que iluminaba sus días oscuros.

— Come despacio Príncipe — Le sonrió — Aquí está tu desayuno Vevs, provecho — Menciono mientras se sentaba al lado de su familia.

Vegas no respondió, solo se dispuso a comer, el desayuno transcurrió en un cómodo silencio, Pete mantenía un ojo sobre su hijo cuidando que esté comiendo despacio.

Vegas se encargaba de llevar a su hijo al colegio, así que cuando terminaron de comer se lavaron los dientes mientras Pete preparaba la lonchera del pequeño.

— Papi nos vemos en la talde — Pete tomó a su hijo entre sus brazos y beso sus mejillas — Pórtate bien pequeño, recuerda que tu papi te ama — Depósito un último beso en su cien para luego entregárselo a Vegas junto con la pequeña lonchera.

Cualquier pareja se hubiera despedido con un beso en los labios y una sonrisa tierna, pero con ellos era diferente, Vegas ignoro completamente al omega quien en el Fondo esperaba tan siquiera un "hasta luego" Pero no, el alfa ni siquiera lo volteo a ver, por más que Pete buscará su mirada este simplemente la evitó.

Se tragó el nudo en su garganta y fingió una sonrisa para su hijo quien se despedía agitando sus manitos, Pete le devolvió el gesto, luego de unos segundos el auto de Vegas se perdió entre el caserío de la colonia.

Pete volvió a ingresar a la gran casa, de nuevo se había quedado solo, el silencio inundaba los pasillos, y el nudo en su garganta empezaba a formarse. Recogió los platos sucios de la mesa y los llevó hacia el lavadero para lavarlos, quería estar lo más distraído posible, no quería que los malos pensamientos lo torturaran.

Después de que Vegas dejara a su pequeño en el colegio se dirigió hacia su lugar de trabajo, una de las empresas más conocidas de Tailandia, Neko Corporation, él era vicepresidente y era respetado por todos los empleados

Ingresó a las instalaciones del sitio siendo recibido con una sonrisa por su recepcionista — Buenos días Kim — el omega le sonrió coqueto, cosa que no salió desapercibido por el alfa quien le devolvió la sonrisa y le guiño el ojo.

Camino hacia su Oficina viendo los nuevos documentos sobre su escritorio, frunció el entrecejo porque esos no los había dejado él, los revisó y eran unos gráficos los cuales tenía que pasar a computadora, la puerta fue tocada — adelante — mencionó dejando los documentos de nuevo sobre el escritorio y tomaba asiento.

Su Secretario ingresó e hizo una reverencia Vegas al verlo sonrió en grande — Buenos días, señor theerapanyakul, como se habrá dado cuenta, el señor Kun envió unos nuevos documentos, dijo que los quería a más tardar para mañana — soltó el hermoso beta de 27 años.

Vegas lo observó sin disimulo e inhalo su loción a rosas — Gracias tawan, pero... ¿Qué te he dicho? Cuando estemos a solas podrías dejar los honoríficos, después de todo lo que hemos hecho estaría bien que me llamaras solo Vegas —

El beta se mordió el labio recordando los encuentros con su jefe — ¿Te gusta cuando te llamó Vegas eh? — alzó una ceja y sonrió de Manera pícara — o más bien lo que te gusta es cuando lo gimo — mencionó sin vergüenza.

Vegas sonrió y dio pequeñas palmaditas en su pierna, el beta entendió el mensaje y se sentó en el regazo del alfa — bueno creo que me gusta más cuando gimes mi nombre con esa voz tan sensual que te traes — mencionó con tono grave.

El lobo de Vegas, gruño, no le gustaba ese beta, sin embargo, Vegas lo ignoró completamente.

El chico frunció el ceño y Vegas se extrañó por eso — ¿ocurre algo? — soltó al ver que tawan cambió su expresión seductora a una de completa molestia.

— Traes el olor de tu omega contigo — menciono serio Vegas no comprendía, si ni siquiera había tocado a Pete esta mañana, entonces recordó que el omega había cargado a Venice primero antes que él, seguramente dejó impregnado su olor en él y después cuando el cargo a su hijo el olor quedó pegado a él, era la única explicación que se le ocurría.

— Joder, seré más cuidadoso a la próxima — respondió tomando las caderas del beta, quien aún tenía esa expresión fría y seria en su rostro.

Este no dijo nada, solo lo beso con posesividad, quería a Vegas, siempre lo había deseado para él, y ahora que lo tenía no lo dejaría ir por nada en el mundo, incluso si tiene que deshacerse de su esposo y omega.