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Eres hermoso

Dejándose llevar por la ira y cólera, Tawan azotó con fuerza la puerta de los baños, estaba molesto y se le podía notar en el rostro, su cara estaba roja y sus puños apretados.
No esperaba esa reacción de parte de Vegas, era la primera vez que él le hablaba de esa manera, ahora más que nada odiaba a Pete con todas sus fuerzas, por qué por más que quisiera jamás se podría deshacer de él.

Las lágrimas de enojo caían por sus mejillas, más, sin embargo, no sentía culpa de absolutamente nada, consideraba a Venice un estorbo, porque gracias al mocoso Vegas siempre estaría atado a Pete y eso lo enfureció aún más.

Alguien se río a sus espaldas cuando levantó la cabeza pudo ver a Kim reflejado en el espejo, este estaba con una gran sonrisa burlona en su rostro, el beta rudo, los ojos aún más fastidiado — Lo que me faltaba, te advierto que no estoy de humor para tus estupideces —

El omega levantó las manos en señal de paz — Tranquilo, yo solo venía a lavarme la cara — dijo acercándose al lavamanos Te ves horrible, me imagino que Vegas
tiene algo que ver con esto — en el fondo Kim disfrutaba ver a Tawan en ese estado, no era novedad que ambos chicos estaban detrás del alfa.

— Que te importa — abrió el grifo para dejar el agua, correr y remojar un poco su rostro.

Kim ignoró el insulto — Sabes eres patético, sabías que aunque no quisieras siempre tendrás las sobras, ¿qué esperabas? ¿Que Vegas se divorciara de Pete y lo abandonara al igual que a su hijo? Muy ingenuo de tu parte, no importa lo que hagas, Vegas siempre regresará con su familia y tú como siempre estarás solo — soltó mientras se lavaba la cara

Tawan apretó más puño, Kim le estaba atacando por donde más le dolía — Y tú ¿cuál es tu problema? Apuesto a que quisieras tener las sobras que yo disfruto, crees que no estoy consciente que también estás interesado en Vegas, déjame decirte querido que no somos tan distintos, los dos somos igual de gatas — escupió cada una de las palabras con una sonrisa victoriosa porque sabía que el omega no podía decir nada ante eso.

Kim lo miró ofendido y sin saber cómo defenderse, pues le habían dicho la verdad, y él más que todo lo sabía — a sí, pues por lo menos a mí no me conocen como la perra del jefe, no me compares contigo por qué yo mi reputación la tengo limpia, no soy como tú, yo jamás seré segundo opción de nadie — dijo todo esto para salir rápidamente de ahí, ambos chicos se odiaban y estaban conscientes de su rivalidad.

— Pete me alegro de que hayas venido, no tiene caso que te la pases tanto tiempo solo en tu casa —

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— Pete me alegro de que hayas venido, no tiene caso que te la pases tanto tiempo solo en tu casa —

Después de haber recibido una llamada de su mejor amigo, Pete había decidido hacerle caso, era verdad lo que le decía, no le hacía nada bien quedarse solo, porque era cuando los malos pensamientos más lo atacaban, necesitaba estar lo más distraído posible, y la compañía de Porsche le agradaba.

— Gracias Porsche, la verdad es que ya me hacía falta verte otra vez —

— Sí, no me visitas desde mi boda, eres un mal amigo —
menciono haciendo un puchero

Pete sonrió, como extrañaba los tiempos antiguos donde ambos salían y se divertían a lo grande con cualquier pequeñez, no tenían preocupaciones de nada, ahora las cosas eran diferentes, los dos tenían familia y sus vidas habían cambiado en gran manera, ya no eran aquellos jóvenes que salían a los cines, plazas y parques. Chiquillos inmaduros y consentidos.

Porsche siempre lograba animarlo cuando estaba triste, él y sus locuras, a Porsche nunca le importó quedar en ridículo con tal de sacarle una sonrisa a Pete y hacer que esas lágrimas no salgan más.

Un suspiro escapó de los labios del más bajo, cosa que para el otro omega no ignoro — Pete, ¿estás bien? — Pete le sonrió débilmente.

En el pasado Pete siempre le había contado sus problemas a Porsche, su amigo fue el único que supo sobre las cartas que el Castaño le enviaba a Vegas, él muchas veces había estado presente cuando Pete las escribía.

— Puedes confiar en mí, sigo siendo el mismo Porsche que escuchaba tus aflicciones — desde el principio Porsche se había dado cuenta de la profunda tristeza que se reflejaba en los ojitos de Pete, tan diferente a algunos años atrás, cuando ese brillo en sus ojos era evidente y su sonrisa sincera.

— Porsche, quisiera volver el tiempo atrás, quisiera ser igual de lindo que en el pasado — Pete se mantenía cabizbajo, jugando con sus manitas.

— ¿De qué hablas Pete? ¿Por qué dices que ya no eres lindo? ¡¡Mírate, eres hermoso!! — mencionó mientras lo señalaba de pies a cabeza, pero Pete no se sentía de esa manera, reconocía que se había descuidado bastante, se había dedicado tanto en criar a su hijo que se había olvidado completamente de él.

— Mentira, tú estás lindo, tuviste gemelos y te sigues viendo perfecto, en cambio, yo doy vergüenza — aunque le dolía aceptarlo, ya no se consideraba alguien bonito, entendía por qué Vegas se había alejado de él.

— Pete no sé cuál es el motivo por el cual te expreses así de ti mismo, pero déjame decirte, déjame aclararte y recordarte lo hermoso que eres, no quiero que vuelvas a decir que das vergüenza, porque te golpearé y sabes que mis golpes duelen — amenazó serio, aunque obviamente en esa última parte mentía.

Pete no dijo nada, pero su silencio preocupaba al más alto, no entendía en qué momento Pete había perdido esa luz que lo caracterizaba, ¿por qué ahora lucía tan roto y frágil? ¿Vegas? ¿Tendrá algo que ver? No entendía y eso lo frustraba.

Pete no dijo nada, pero su silencio preocupaba al más alto, no entendía en qué momento Pete había perdido esa luz que lo caracterizaba, ¿por qué ahora lucía tan roto y frágil? ¿Vegas? ¿Tendrá algo que ver? No entendía y eso lo frustraba

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no me deseches [Vegaspete Adap.]  [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora